lunes, 30 de mayo de 2016

2 NAVAJA A ESTAJE EN NACARINA MARRÓN DE RAFAEL WÍZNER




Aquí se vea la lisura perdida de todas -también la que ya presentada fue, que lo es de Rafael Wízner también-. Una baratera, que dijo aquel zíngaro manchego en el rastro de Madrid. No, no lo es, ni las faquillas ni su demiurgo. Don Rafael las compone a voluntad, sin estirar más el brazuelo que la manga. Sabe de lo que sabe, mucho. Que esta faca a estaje lo declare. 

No tiene asperezas que enfaden, afinada lo esta a maravilla; es fina, cortadora, relumbrante, lucida. Anchona y delgada su cinturilla. Más oblea que tripa de blanquillo. Las aguas del nácar acrílico son subyugantes, y su clic resuena como la hora y los cuartos. 

Diferénciase de la otra con sus mitras de chapa -que no de metalillo ligero y curvo, sin acanaladuras ni alabeos-; lisura tal la llaneza manchega, sin reliamientos. Su palanquilla está apretadísima, y no presenta balanceos ni columpios (lo que no se da gratis ni se encuentra como la verdolaga). Su muelle lo es cabal, ni escoliosis ni huecos tiene. Anda bien de simetrías, de traje, de esqueleto. Casi mejora a herramientas todas y aun a dueños.










lunes, 23 de mayo de 2016

1 NAVAJA A ESTAJE EN NACARINA ROJA DE RAFAEL WÍZNER



 De cómo le llegara esta faca a Hefesto daría para un capitulo de Azorín en la Búsqueda, o cabría en la primera parte de La forja de un rebelde de Arturo Barea en la que se enumeran todas las profesiones, todos los puestos, todas las mercancías de La ribera de curtidores. Acabó en ese crisol de arrumbamientos que resulta del vaciado de pisos, del expolio post mortem, del latrocinio y el remate. Esta fue peleada y se acordó un precio razonado -como ya no interesaba, el vendedor recibió la orden de rebajar los cuartos hasta que Hefesto asintiera-.

No se comprendía el jaez de esta robusta navaja; no las circunferencias en asimetría no buscada entre los dos plásticos que forman el mango, no los bocados en la nacarina que delimita su perímetro, no los limazos de muela a lo largo del muelle, no su diferente intensidad en su aplicación, no que la lengüeta que desbloquea también mordida. No.

Sabido es que Rafael es sutilísimo con las limas y limillas. Tanto lo es que más avispa o libélula que quema el metal parece, por lo certero y puntual -su precisión de relojero de antes se admirara-. Limpiose con contenida policía, se aprestó el filo sin pulir la hoja en la calle Bolsería y se le dio Aladín y lanilla de acero. El navajón de mitras de aluminio -lo pareciera de este metal flotante- no tiene holguras ni menoscabos salvo los dichos, es apretadillo y bien compuesto. Como su generosidad es cómoda, se usara para el tajo de chacinas y almuerzos de corte. Cumple  en absoluto y gozo diera y da. No se supo la mano que lo vistió de adornillos nerviosos pero ya no se preguntara.









martes, 17 de mayo de 2016

NAVAJA FRANCESA JAMBETTE/COUTEAU LA JAMBETTE



Chez moi, les couteaux anciens sont pas les couteaux des grands parents (ils ont disparu ...toujours cassés); bien que on parle de vieilles palanquilles avec les côtes souvent synthetiques.  Mais j'ai eu envie de couteaux qu' ont bien vécu...

Avec cette jambette (oui, elle a les roses du Saint Amants, mais comme la literature est contradictoire à l'heure de décrire la famille -le bonnet, la jambette, l'agenais, le saint amants ou amans- j'ai dis jambette comme l' hyperonyme) je n'ai pas pu couper les croquettes ("si tu peux utiliser la fourchette, le couteau est interdit" on a dit aux enfants...), les morceaux du lapin de la paella étaient  trop petits (on avait besoin d'un scalpel...), la toile qui enveloppait le cadeau "était si belle" que la couper était -dissait la table à la fois-"dommage". 

"Toi, tu peut couper le gateau si tu veux." Je n'ai pas voulu le couper, le chocolat est bon... pour tacher la jambette.

Je ne sais pas si le couteau est à l'état d'origine ou il a était restauré..."Refait à nouveau" c'est l'euphemisme. 

















martes, 10 de mayo de 2016

35 NAVAJAS DE ESPAÑA Y FRANCIA


Ensalada de navajas e  ibéricos al foie.  Ahí está una Cudeman de asta clara, sin virolilla, con pernos de latón amarillos. Toda recta y largona, con la mitra insinuada tras el declive lene del borde del mango. Una vendetta de Albacete con la hoja inoxidable.




El extremo de la nontron y la cabeza de la Cudeman ocultan una navaja Muela de virola en alpaca en la que se ve el tornillo que la ajusta a la hoja; tiene cierre de palanquilla y la silueta de la mencionada hoja es tipo sable, yatagán, como las lags de Thiers. Una laguiole manchega como la Cudeman, hecha aquí.




Menuda es la que descansa sobre el violon y la cevenol-cabritera-girodia. Cachas de nacarina auténtica que remeda la madre perla. Un pequeño tonneau-tonel con hoja de sauce. Se le buscara -y fuera encontrado- pareja que será presentada en su momento. No habría que pasarla por rayos, que tonelete es de su natural.


Cabritera de Ismael Laguna, Camarguais y Andújar. Es esta una cazadora mejor compuesta que sus hermanastras, más lustrosa y firme, menos delicada, más mecánica y sana, mejor en cada cosa y en todo. Estas cachas no prensadas, con jaspeo de apaloosa apache, propio es de España. Allende Cataluña o son negras o clarillas (para buscar irisaciones y cromatismo se van al cebú de madagascar y se alejan del ganado propio). 


De injertar, jambettes de Solsona, de campaña-mineur, cevenol-cabritera-girodia, violines-guitarra, laguiole de palanquilla, vendettas, camarguais-Andújar. No es este el mejor plato que adorne la mesa, que otros más suculentos y brillantes se compondrían, a lo que pienso, pronto y sin dificultades. Quede la ensaladilla como cata magra de la copia-interpretación-influencia-impudicia que se vea entre las dos naciones (quiérase ver más irreverencia desde el linde hispano y dice no poco de lo que le duele a la cuchillería nuestra).

martes, 3 de mayo de 2016

34 NAVAJAS DE ESPAÑA Y FRANCIA: NAVAJAS CELAYA-COUTEAUX ESPAGNOLS CELAYA


 Se llegó hasta allí, a donde tienen la tienda. Se callejeó a pie una vez que se recorriera la circunvalación de la ciudad de Albacete. Más, por los cristales amplios, parecía papelería tienda de corte. Pero en seguida se avistaron, poniendo los ojillos junto al escaparate, las vitrinas con hermosas piezas de exposición. El padre era quien despachó, creo -más por ilusión que convencimiento-. Las navajas que tenían no eran las de su puesto de los Redondeles, en la feria. Aquí solo cabriteras y palanquillas simples. En la tienda, la fantasía artesana, las novedades, los proyectos vistos u oídos a los que entienden de navajeo.

Como fuera la primera etapa en el via crucis del navajeo, se atendiera a lo que más nos saltó a los ojos. Y no fueran aquellos machetes de extremos redondeados con un oscurísimo venado, ni las de estaje injertadas con otros tipos que no se adivinaran. Aquellas virolas, los amolados, el marfil y el búfalo, la plata de las columnillas...nada ocultara la simpleza de lo que no se encuentra. Fueron las navajuelas de siempre, estas que no tienen nombre salvo el de "baratas". Siempre en nacarinas o, en el mejor de los destinos, en madera roja (que así la llaman en Santa Cruz los viejos). Pero allí se estaban como un moño de setas de chopo, apretadas y en cogollo, de varios tamaños y asperezas, encabadas en ... ciervo y toro jaspeado. No se pudo admirar nada más. Se compraron. Verdad es que no cortaban y no mucho ha se han afilado. Son en todo, salvo en la nobleza del mango, iguales a las presentadas en nacarina. Solo, y no es menor, faltara el carbono que es aquí tan necesario como toro y venado.