lunes, 28 de marzo de 2016

28 NAVAJAS DE ESPAÑA Y FRANCIA: NAVAJA ANDÚJAR Y LE CAMARGUAIS-COUTEAU ANDÚJAR ET LE CAMARGUAIS





 Se descubrió con perplejidad, años después de que la navaja Andújar se comprara en Valencia, que aquellas que se presentaban en los escaparates de la desaparecida cuchillería madrileña Montané eran del mismo solar, por mucho que sus respectivas marcas (Andújar y Le Camarguais) supusieran lo contrario. Una albaceteña con una flor de lys era inconveniente ligero, pero una francesa copiando una receta manchega... 

Se compraron y tuvo lugar la comparación. No tiene la Andújar ni asperezas ni desabríos, ni está duro el cierre ni la hoja es bailaora. Se cierra con precisión y firmeza, clocando a tiempo siempre. Le falta la mosca-tridente al final del resorte, que sí tienen las francesas. Mejor se esté sin ella, pues es adornillo enojoso y empacho. Es de cazador, con un hueco antes del filo, que aloja el índice y permitiría mayor precisión en el tajo si fuera menester. Las francesas, no; son navajillas de urbe. 

Laduique, aún más tarde, nos dice que las piezas son fabricadas en España; después son montadas en Francia por Didier Lacombe en su taller de Le Couteau Camarguais...

Globalización aparte, queda por aclarar qué es lo que se empieza aquí y se acaba allí. ¿Quién montó la Andújar? ¿Hizo Andújar un diseño a  partir de un diseño francés? ¿Le couteau Camarguais encargó también el diseño a la casa española? ¿Por qué está mucho mejor montada la española que las otras dos? ¿Continúa aún Le Couteau Camarguais con este sistema o monta sus navajas con fornitura propia? 






martes, 22 de marzo de 2016

27 NAVAJAS DE ESPAÑA Y FRANCIA: NAVAJA ANDÚJAR Y LE CAMARGUAIS-COUTEAU ANDÚJAR ET LE CAMARGUAIS




Rodeando el Mercado Central de Valencia, ya se ha dicho más veces de la cuenta, se topó con una cuchillería de rancio escaparataje. Una señora mayor, con gafas de montura dorada y cuidada cabellera de un raro gris chinchilla, despachaba. Pilla como armiño, quiso que cargara con la que esta en la vitrina que mostraba el género a los viandantes. De asta rubia, tenía una cacha descolorica, por partes trasparente, y de un tono más apretado la otra. La disparidad no convenció y tuvo la señora el descuido de mostrar otra con cachas oscuras, jaspeadas en blanco. No pudo convencer de que a las 12 del mediodía fuera de noche, no. Se vino, pues imponente pareció, con su virola grabada, los limazos por doquier, la hoja de cazador, el asta soberbia, y un ajuste de caja fuerte.

No se había visto ninguna igual, nada se la pareciera de lo usual; ni las Joker ni la Cudeman, ni ninguna de las marcas albaceteñas, ni de los Pakistanes o Las Chinas. Creó expectativas y azogue, y por digna se la tuvo y fue tratada así la pieza.  No se supo entonces lo que ahora. Justo será decir que conserva dignidades y más por enseñar lo que significa una marca, un contrato, una propaganda en cuestiones cuchilleras. Pero se dirá en la próxima, que conviene ahora no ser prolijo y mostrar lo que se vio en aquella pequeña cuchillería que ya no existe. Era 1996 o 97 quizá.















martes, 15 de marzo de 2016

26 NAVAJAS DE ESPAÑA Y FRANCIA: NAVAJA LE CAMARGUAIS-COUTEAU LE CAMARGUAIS



También de Montané, en la Plaza Mayor de Madrid. Cachas en abedul escandinavo, hoja con punta elevada en línea recta, prácticamente, con el lomo; acero 12C27, una sola virola con el motivo de la cruz de La Camarga, un tridente soldado al final del resorte, cierre trasero con pulsador grabado. Sostiene esta el flolclore de la anterior presentada y comparte su terminación general. Ambas de la Coutellerie Le Camarguais, creador Didier Lascombe. Ya se dirá alguna inconveniencia más de esta marca, que ahora no conviene. 

Para la custodia de ganado vacuno y caballar, o sea, pastores. Estos son remedos de los que vigilan los rebaños estelares, de los que guían las almas,  poseedores supremos del poder dado que los hatos son espejo de las fuerzas cósmicas. 

No sabemos si hemos metido el pie en el fango -seguramente-, que estrellas se pastorean con menos desvelos que las vacadas, que las manadas de caballitos ensabanados. No se está esta navajuela a al altura estelar, no se acomoda a las paradas de los almuerzos, no tiene la hoja mano para lo recio ni  suavidades para lo presto. Afinadas debieran haber sido antes, con menos fintas y rumbo, más acompasadas, menos mecánicas, más prietas y lisas, menos soldadas, menos flolclóricas y artificiales, menos aparentes. Como una mala laguiole.












martes, 8 de marzo de 2016

25 NAVAJAS DE ESPAÑA Y FRANCIA: NAVAJA LE CAMARGUAIS-COUTEAU LE CAMARGUAIS

 Ya se conoció y se tocó esta navaja camarguais antes de verla, pero eso ya se dirá. Foma parte de la promoción de los regionaux
-felicísima ocurrencia esta de poner en cada provincia un cuchillito emparejándolo a un...queso, un animal de granja, un insecto o a un puente-. Claro que si no se tiene los sesos bien atados, sale...un souvenir. Y esta pudiera ser la finalidad de esta navaja camarguesa.
 Laduique repite la leyenda de la creación del producto. Creado en una fecha exacta, 1994 por Didier Lascombe para completar los pertrechos de vaqueros y caballistas. De ahí, arrebatado fue por los que, sin ser camperos, tuvieran envidia de serlo. Existen variaciones de tamaño, de usos (con o sin sacacorchos), de estrechez o anchura, de ornatos (el modelo más sobrio y barato se llama "le gardian"-y ahí quede el nombre-).




Pero para no adelantarnos en nuestra intención, dejemos la descripción y sus comentarios para la ocasión siguiente y valgámonos de esta navaja para recordar dónde fuera comprada: Montané, cuchillería y droguería. Ya no, que es expendidura de souvenires (delantalillos de lunares, castañuelas, torillos...). Esta es estilete, y venía con filo matado. El bloqueo era y permanece duro hasta la extenuación. Se admiró de ella los jaeces, con su virola grabada esotérica, con su muelle en joroba con limazos, con el muelle labrado y con la mosca al final del resorte. Aún se recuerda que hubo otra como esta, más ancha, en cuerno de carnero que fue levantada por otro comprador cuando se dudó, pues se pospuso la compra dos malas horas y, a la vuelta, ya no estuvo. Mejor; ahora se sabe.





Los limazos, allí donde se encuentren, no lo son con destreza aplicados, que más parece que uno con azogue los pusiese. La mosca está torcida y su cierre necesita de gimnasio. Para rematar, no cortaba. Bonita...a medias. Más un suvenir que herramienta esta Le Camarguais. 







martes, 1 de marzo de 2016

24 NAVAJAS DE ESPAÑA Y FRANCIA: NAVAJAS NIÑOS-COUTEAUX D'ENFANT






 No se hacen ya cuando hoy estas dos palabras se repelen en absoluto: niño y navaja. Antes al contrario, hasta tuvieron puntas y se trasportaron a la escuela (edificio con pocas aulas donde niños de distintas edades -y aun algún hombre adolescente- se educaban. El chico enseñaba al grandullón, y el grandullón se valía de su potencia sobre los enclenques; el maestro guardaba el grupo manu militari y no era infrecuente que tuviera vara apoyada cabe sí. Otrosí se valía de objetos arrojadizos tal tintero, tinbre, tiza, Senda o Consultor.. y lo que su enojo alcanzara. 


Era corriente que los niños jugasen en los patios sin asfalto, sin cemento, con buena manta de tierra apelmazada por el paso de los inquietos discentes. A las romas, a las canicas, a churro va, a la autopsia de animalejos infelices, a la recolecta de productos indigestos de los ralos jardincillos para probarse el estómago, al fútbol...Pero el más espectacular era l'estacaoret (la estaquita). En una cuadrícula de rayuela se iba probando la disposición, fuerza y ardites a medida que desde la misma raya de inicio se iban clavando las leznas arrojadizas (limas, destornilladores, fragmentos finos de acero de encofrar...). Se podía lanzar uno hacia adelante procurando no tocar la cuadrícula en juego, como apaches sobre colono. Los expertos lanzaban con aplomo el arma con el efecto de giro sobre su eje, como los arriscados que en el circo o en las películas de Sesión de tarde soltaban sus dagas. Impresionante fue, y todos adquirimos pericia sin herirnos, al parecer, nunca.



 Pero nunca se vieron, por entonces, en el segundo ciclo de la EGB, navajillas, al menos en las ciudades; ni siquiera los gitanos, que acudían  poco pero que se educaban igualmente con sus mayores en sus querencias, las tomaban.












 En el cajoncillo de la penumbrosa cocinilla, en casa de los abuelos de Hefesto, había un cuchillito con la punta redonda. Las tías es de suponer que como capricho infrecuente tomaran mantequilla Natacha (que entonces no se hacían distinciones con la margarina -que es lo que en realidad era-). Regalábanse al parecer con el producto. Y fue aprovechado para el hunte de la mantequilla de los tres sabores (chocolate, fresa y vainilla). En pastillas envueltas en papel metálico de color verde con algunas cuadrículas. Tres colores que no sabores, en realidad. Esa pringue recordaba al sucedáneo de chocolate: una masa que costaba tragar y que engrasaba la cavidad bucal, laringe, faringe y tráquea. No era vitaminada esta pasta insípida por lo que solo calorías se tomaban.  Más adelante se ganó por fin el sabor en las cremillas de chocolate que se servían en tarrina y se que extendían sobre el grueso y revenido pan de pueblo. Pero este adminículo trajo el gusto, la petición y el uso de aquellas navajas endebles de punta redonda con el punzón GÓMEZ que se compraran en Casa Demófilo. Se perdieron después de años en los que solo milagro lo impidiera.










 No fueron, después de todo, muy abundantes dado que el aprendizaje del uso de una pequeña navaja con su punta necesaria es rápido y seguro si se tienen 8 o 9 años. No se encuentran muchas en los rastros ni en los internetes, que el nombre de navaja espantaba ya entonces y convertía  lo referenciado en tabú. Creo que alguna casa francesa (Nontron Chaperon, es posible que las fabrique aún, pero no se sabe si se ofrecen como navajas de niño o como "couteau à beurrre"- sí, Victorínox también-).








Notado se habrá que en el cardumen se ha entrado una que no fuera ni de niño ni para la manteca de comer, sino para otros afeites que se dieran las mujeres en el rostro antes como ahora; más espátula yesaire que navajuela de rapaz.