jueves, 28 de febrero de 2019

NAVAJA DE MOTERO LA MANETTE, DE RAYMOND ROSSA-COUTEAU DE RAYMOND ROSSA LA MANETTE


COUTEAU DE MOTARD LA MANETTE
DE RAYMOND ROSSA


























La moto. El ingenio. El hombre demiurgo y taumaturgo. La victoria sobre las cadenas del tiempo y el encumbramiento del sedentarismo nómada. Ya se podía acudir a la fiesta del pueblo de al lado después del cine. Y si no había movimiento en Serón, acudir a la cita en Bayarque. En la misma noche, de vuelta de Lúcar, a la balsa de Cela, a quitarse las murrias coronando la noche con la aventura improbable de un nadador de piscinas.

Aquellas motillos de 49 cc movían al pausado paisano para buscar moza en Sierro, en Suflí, en Purchena... Se podía tentar la fruta, o al menos olerla, y salir en polvareda. Lo mismo para las muchachas, que veían al paleta de retorno de la emigración de Barcelona ostentado la Bultaco (Hubo catalanes del Barrio alto de Tíjola que se volvieron sin fortuna de Cataluña, pero no sin ingenio:"Me la he dejado allí, escondida entre los cambrones de la era, para que no me la toquen...". Y no había motocicleta, ni bicicleta ni burra; sino quiobas de fino trenzado llenos de polvo de esos caminos).  El Pijoaparte se recorría los Barcelonas sobre una pistoneante Montesa Impala. Estas valían para el off road y para el asfalto, que las trochas no estaban con firme entonces. Y los pneumáticos eran de una polivalencia milagrosa, duros siempre para repeler los chinarros de las calzadas que no tenían cunetas, pues el río agostado del Almanzora era la vía.

Aquellos galanes que pagaban el pizzo en Bayarque, una vez sacado tajo de la moto, guardaban esta para ir al parato a la alfalfa. Y se venían con un brazal formidable, que más parecían reyes de oriente que conejeros. A la jineta se llevaban la mujer a los bares de la carretera, con lo que tanto se comprometía el equilibrio. Pero se llegaban al convite de "la media hora" sin tardanza.

Se recuerda a Pedro Mateo Encinas, el Abogao, moscardonear por la carretera de la estación de Tíjola con aquella moto de suspensiones tan altas y de ruedas de tacos gruesos como tarugos. Se iba en las curvas, y yendo de paquete uno no se mató porque la Virgen del Socorro nos tuvo lástima. Se cimbreaba y culeaba en las curvas que bajaban de Bayarque, y se vio la cara de la muerte horrenda cuando se tumbaba, barriendo con las cubiertas los chinorros de las cunetas hondas. 

Las de los civiles se las veía entrar llegando por la calle Académico Maravall, esquivando charcos y lagunas. Llevaban aquellos guardias civiles de tráfico rígidos chaquetones de color marrón al que ellos mismos llemaban "cueros". Y gafas de motorista sobre la viserilla del casco blanco. Calzaban botas de montar que se mandaban hacer hasta en Caudete. Aquellas eran Sanglas monocilíndricas de 400 cc. Negras, con parabrisas y quitavientos. Se iban aquellos guardias hasta el puerto de Bocairente, y de allí al de Almansa. Con hielos o fuego, siempre con gafas de galán de anuncio de bebida italiana.

En los ochenta -y aun antes-, ya se les puso motor de Yamaha a las Sanglas, y ponían miedo entre las Puch Cobra, las Derbi de 74 cc, las Bultaco Striker, las pequeñas Ossa de carretera. 
 Mucho se miraba aquellas amarillas Cobras con las que tanto éxito tenían los brivones que las llevaban por la Alameda de Játiva, bajo las plataneras infinitas cuyas hojas secas trae el viento aún hasta esta misma puerta.

















sábado, 23 de febrero de 2019

NAVAJA FRANCESA DE LA CASA ISSARD "L' AUTHENTIQUE"-COUTEAU ISSARD "L' AUTHENTIQUE"

Et après le plaisir de la mémoire avec ce navette Issard, le plaisir maintenant de la subtilité des sens. 


COUTEAU ISSARD L'AUTHENTIQUE



Cette branche de cannelle flotterait sur un étang. Une légèreté puisque on pourrait dire que les plaques sont composées par la même pâte aérienne d'un doux éclair.




Les couleurs sont ceux-là de l'érable japonais à l'automne, ou ceux-là de la vitrine pleine de cacao de chez Bulliz, par exemple.




 Tromp d'oeil parfait d'un petit gâteau crémeux authentique.



 À la sobriété de la forme, parfois on la nomme zen si l'harmonie est présente. La forme est intemporelle 



Mais ce n'est pas un petitfour, c'est un vrai couteau Authentique.








miércoles, 20 de febrero de 2019

NAVAJA ISSARD EN PALO DE SERPIENTE-COUTEAU NAVETTE ISSARD EN BOIS DE SERPENT



On navigue avec le navette. À l' intérieur de l' homme (il y a une théorie médiévale -Raimundus Lullus, je crois- qui conçoit l'homme comme un microuniversers). Pour simplifier -ou banaliser- on pourrait dire que cet univers intérieur est la mémoire, temple sacré des révélations. Certainement, je me perds -ou je divague...-. En réalité, je ne sais pas si la mémoire est un accessoire de l' homme, si l' homme est un teemple ou si le navette est la propre mémoire.




 E tout cas, ce petit couteau Issard galvanise mathématiquement mes souvenirs...

  Voilà mon premier couteau et le dernier. Deux limites qui contiennent le temps et ...

...et le plaisir, naturallement.





















jueves, 14 de febrero de 2019

LOS PESCADORES DE BAYARQUE: NAVAJA DE PESCADOR COURSOLLE-COUTEAU DE PÊCHEUR COURSOLLE

LOS PESCADORES DE BAYARQUE

"Los ojos solo tenían tormos, guijarros, chinas y cantos. Los cerros, pelados; y los almendros, sequizos... siempre. Se hicieron los ojos a las cambroneras, a las alcaparreras, a las paletas, al retamal deshojado. Las ovas ondulantes de las balsas, las ovas y verdines se acechaban. Y a sus criaturas. No diera aquel país quemado, lacerado, yermo para cristales corrientes, para que se somorgujen aquellas ninfas de los sonetos chapuzantes. Una vez, aún lo tengo presente, se dijo que un pez se había soltado en una poza del río Bacares, por debajo de la Cerrá. Se buscó el prodigio, y hasta parece que se recuerde lo que quizá no se dio."






Ya quedó dicho, y se acertara a enderezarlo y a aderezarlo con mejor compostura. Quede lo dicho, pues, como falta de genio, que no de exceso de soberbia eso de citarse uno a sí mismo.


Y LOS PESCADORES DE JÁTIVA

Tanta sequedad se vio en los tormos y en los cantales, que solo pudo buscarse maravilla de pez en las guijarreras, y las nereidas se aguardaron en el crespo ramaje de las mimbreras de Bayarque. Hubo peces en la fuente del patio del cuartel, en la calle Académico Maravall 15. Y en las acequias que apartaban agua del río Albaida llevándola a los fresales, bordeando las naves de la Frube y de otras que rompían la huerta de Játiva cuarenta años hace. Milagro era ver una criatura del agua en el angosto de aquellos canales, y fascinación arrebatadora cuando en el charcal acementado permanecía y medraba. 

Estanque de sutil japonesismo hubo en la glorieta de José Espejo, cabe la biblioteca en la que la señorita Lidia vivaqueaba. Los barandales de madera delimitaban un cuadrado en el que las macizas carpas con escudos de oro se desenvolvían so las flotantes plataformas de los nenúfares en maceteros sumergidos. Boqueaban tragando mendrugos esponjados. 

Así que el pez fue criatura atrayente más que los pájaros y las bestezuelas de los márgenes. Más que los frutales y las pinedas. No se pescaron entonces sino solo delectación fueran. Gustó mucho de verlos en el nacimiento del río de los Santos, en La Alcudia de Crespins. En el cajón artificial del río fueron centellas las madrillas; y se subiera hasta su nacimiento para tomar gusto en el deambular de las tencas en las aguas frías de cristal. Siempre fueron para mí furtivos aquellos raros peces que en las arterias sin pulso bullían fuera de la expectación del niño.  Admiración la del homo piscator que en bicicleta hortelana se iba a las Palancas, y se veía pasar con su aparejo recogido en el sofoco amortiguado de las tardes del estío.