lunes, 30 de mayo de 2016

2 NAVAJA A ESTAJE EN NACARINA MARRÓN DE RAFAEL WÍZNER




Aquí se vea la lisura perdida de todas -también la que ya presentada fue, que lo es de Rafael Wízner también-. Una baratera, que dijo aquel zíngaro manchego en el rastro de Madrid. No, no lo es, ni las faquillas ni su demiurgo. Don Rafael las compone a voluntad, sin estirar más el brazuelo que la manga. Sabe de lo que sabe, mucho. Que esta faca a estaje lo declare. 

No tiene asperezas que enfaden, afinada lo esta a maravilla; es fina, cortadora, relumbrante, lucida. Anchona y delgada su cinturilla. Más oblea que tripa de blanquillo. Las aguas del nácar acrílico son subyugantes, y su clic resuena como la hora y los cuartos. 

Diferénciase de la otra con sus mitras de chapa -que no de metalillo ligero y curvo, sin acanaladuras ni alabeos-; lisura tal la llaneza manchega, sin reliamientos. Su palanquilla está apretadísima, y no presenta balanceos ni columpios (lo que no se da gratis ni se encuentra como la verdolaga). Su muelle lo es cabal, ni escoliosis ni huecos tiene. Anda bien de simetrías, de traje, de esqueleto. Casi mejora a herramientas todas y aun a dueños.










No hay comentarios:

Publicar un comentario