domingo, 29 de septiembre de 2013

DECADENCIA DE LA NAVAJA EN BARCELONA: CUCHILLERÍA ZWILLING HENCKELS EN CALLE DEL PI Nº 16/ PHOTOS COUTEAU LAGUIOLE EN AUBRAC



Fundada en Solingen (Alemania) en 1.731 por el fabricante de cuchillos Peter Henckels, ZWILLING es actualmente sinónimo de calidad, funcionalidad y diseño vanguardista de última generación. ZWILLING J.A. HENCKELS, empresa alemana líder en el sector de la cuchillería, auxiliares de cocina, cubiertos y utensilios de belleza, abre su primera tienda exclusiva en España, coincidiendo con la celebración de su 275 aniversario. 



 Ubicada en el centro neurálgico de Barcelona, la nueva tienda presenta la cara más vanguardista de la cuchillería de diseño.

Muy cercana a la plazuela del Pi, por la calleja del Pi se adivinó a pasar -fue realmente a tiro hecho con google maps-. Después de los escaparates no había confianza en el encuentro, de todos modos se entró con la fe de colección en virulencia. Pulcritud aquí, vitrinaje de cacharrería inox allá, mostradores acullá para reconducir al pichón a través de los iluminados estantes y que no se pueda esquivar al mozo de despacho. Eran estos pulcros también, con delantalillo y acentos del centro -de Europa, se entiende-.

La primera y exclusiva tienda ZWILLING está situada en el centro neurálgico de Barcelona, en la Calle del Pi nº16. Su intencionada ubicación, en pleno Casco Antiguo de la Ciudad Condal, zona tradicionalmente de cuchillería artesanal, refleja la filosofía de la marca: la fusión del encanto artesanal con tecnología puntera. 


Como topillos de laboratorio se deambuló hasta dar con navajas; eran estas de Laguiole en Aubrac, con variedad de xiloteca. Antes se había interrogado al espectante dependiente sobre las propias de la marca: quería algunas de la Zwilling (  las de los muñecos, vamos). In illo tempore la empresa sí que tenía en su catálogo cortaplumas al modo de las suizas (como ya se dirá, de estas he encontrado de tanto en vez como restos rancios en cuchillerías de Valencia y Albacete). Es posible que no las produjesen en sus fábricas sino que fuera producción de contrato (actualmente es lo que hacen por sistema con navajas de estilo táctico y materiales selectos o modernos -titanio, G-10, rosewood...-). No había, ni una. Era de de esperar, pues si la tienda era nueva no tendría cajones por vender.



En la nueva tienda ZWILLING de Barcelona podemos encontrar, además de la amplísima gama de productos manufacturados y distribuidos por ZWILLING J.A. HENCKELS y J.A. HENCKELS INTERNATIONAL, los artículos de BSF, WILKENS o Tweezerman, todas ellas marcas adquiridas por ZWILLING J.A HENCKELS. De esta manera, la tienda queda dividida por zonas específicas para cada gama de producto: auxiliares de cocina (sacacorchos, picadores, pela-patatas, abrelatas e infinitos gadgets específicos para cualquier alimento), tijeras, navajas, cubertería, belleza (utensilios para el cuidado personal: pinzas, tijeritas, corta-uñas…), artículos de regalo y, por supuesto, un sinfín de cuchillos de todo tipo. Todo un universo envuelto en “Zwilling. Passion for the best.”!




Amplia y luminosa, la tienda cuenta con una superficie de 233 m2 donde se refleja su genuina imagen de marca, a veces irónica, a veces sugerente y siempre “afilada”. La combinación de materiales tradicionales (la madera del parquet, el mármol de las repisas, piedra del edifico original) con elementos modernos (acero, vidrio) crea un sugerente ambiente donde se manifiesta la voluntad modernista de una empresa con historia de antaño. Un asombroso espacio obra del propio departamento de diseño de interiores de la central en Solingen.


Se mostró interés cierto por una de houx, pero ni él ni otros que allí estaban pudieron dar noticias de qué cosa fuera ese houx.  Con buenas (?) maniobras de vendedor se hizo demostración de empuñar, abrir, cerrar. Cuando se dijo que alguno de los regionales de la marca (Lag. en Aubrac) eran modelos de caza aptas para ¿desollar?, se entendió  todo perfectamente. 






                                                       Couteau pliant 12cm, 2 mitres inox , EN OS



Fue el caso que, houx desechado, se abrieron algunillas y se mostró afección por una de hueso (véase supra). No se compró y se otorgó tiempo para la reflexión. A Barcelona se volvió desde entonces alguna vez más y no ha crecido el surtido como sí se nos aseguró la primera vez, cuando la sucursal se inauguró. La última, hace pocas semanas, se nos amonestó dentro cuando se iba a ver si las laguiole durmientes se habían reproducido. Parece que entorpecimos el desarrollo de una clase teórica sobre quizá las ollas modernas que recibían cuatro personas.

Y para mostrar la calidad de sus productos y su funcionalidad específica, semanalmente tienen lugar diferentes eventos de demostración a cargo de personal especializado, tanto de sus productos de cocina como de manicura, en la propia tienda. 



Digo que la primera vez se manipularon ciertas piezas, pues bien, una de ellas se vino pero no en mis bártulos. Fue obsequio de navidad inesperado...














¿Hiciera falta empuñar una navajuela sin bloqueo como si fuera el puñal de Bruto para vender el peine? Tal epicidad no sobraba ya que, ellos lo deben de saber por su oficio, sin tal no se vendiera ni una. Si una mantequillera o salchichonera se publica como Fairbairn-Sykes fighting knife, cómo se vendiera una misericordia



La navaja, quedó clarito, salió hace décadas de la normalidad de los restaurantes, trenes, talleres y campos; ya no se saca en ningún almuerzo.  En la piel de toro solo ha quedado para el desuello.

lunes, 23 de septiembre de 2013

DECADENCIA DE LA CUCHILLERÍA EN BARCELONA: ARTERO VS. GANIVETERÍA ROCA/PHOTOS VICTORINOX NACRE, PHOTOS COUTEAU WENGER HORLOGER-PHOTOS VIPER GENT

POR ESTA ESQUINA ERA
Desde la plaza del ayuntamiento hacia la catedral, y luego al Call. Anduvimos serpenteando por el Gótico y apareció donde estaba. Artero cuchillería. Tenía un surtido bueno de laguioles, el más variado en modelos y unidades de los que he visto en España, y me quedo corto. Japonesas, más francesas de Nontron, modernillas de Boker, americanas diversas como las de la mariposa, Victorínox de esmalte, oro, nácar, ciervo, asta y cellidor. Sí que apreté al vendedor y curioseé a mi sabor. En dos fechas diferentes estuve en la botica y nunca vi a nadie comprar ni siquiera entrar, salvo dos turistas como nosotros que hablaban francés. De allí se vino como obsequio precioso una de vidrio de mar, de espuma congelada, de alabastro lucido, de fulgor encerrado, blancura hija de las conchas bellas. Tal blancura rodeaba con la blandura firme un espejuelo de acero. Fue la única y última que se vendiera en este negocio. La vez siguiente lo pillamos cerrado, y hoy ya no lo hemos pillado de ninguna manera.

















 Cuando se abandonó el Call hacia la torre del Pi que no se adivinaba entre tan estrictas callejuelas y se halló la iglesia, se bordeó plazuela, replazoleta y plaza...de pronto apareció, pero no estaba. Aunque sí, era un edificio con una fachada salmón y virguerías en blanco de buen gusto. Magnífico escaparaterío.







SURTIDO DE VÍPER

SUIZAS

Dentro estaba de bote en bote...¡una cuchillería! Se husmeó todo lo que se pudo entre tallos nórdicos y ajamonadas redondeces de estranjería. Volvióse allí varias veces y siempre es lo. mismo: precios injustificados y servicio paciente pero palabrero -al menos en lo navajeril-.¿Cómo en Artero había la quietud conventual de clausura y aquí el ajetreo del Corte inglés? Se compró las que aquí se muestran -y demasiadas fueron para cómo estaba la feria-.  Si sigo yendo a la ciudad, volvería ...para ver y nada más. Abreviemos y no enfademos con la insistencia pues ya se parló de esto mismo hace dos entradas nada más.

Esta Wenger lo es de relojero, con su hojilla ancha y desafilada. He visto en más de una ocasión relojeros que válense de navajillas cualesquiera (Victorínox simples que no están fabricadas ad hoc, o incluso antiguas -recuerdo uno que tuvo muchos años un cortaplumas de propaganda Pirelli, y otro que se manejaba con una de mango de marfil que se negó a venderme cada vez que se le propuso-).














Esta una Gent es, con cachas de roble americano estabilizado y tintado. Lo más característico es su botón en el tercio superior del mango que oprime la platina que bloquea la hoja en posición abierta. Contenida navajilla que sí se pudiera portar a una Comunión. Ha sido concebido por Silvestrelli y fabricada por la Tecnocut.














miércoles, 18 de septiembre de 2013

DECADENCIA DE LA CUCHILLERÍA EN BARCELONA: CUCHILLERÍA PRIMITIVO LABRADOR; GRAN CUCHILLERÍA CALLE FERRÁN

 Dejémos la filosofía política, que enfurece a Hefesto, de la entrada anterior ( Ganiveteria Roca, Plaza del pi/Independentismo catalán y navajas ripollesas) y caigamos en la melancolía. Para la comprensión de la actualidad navajera en esta ciudad habrá necesidad de volver las mentes al año 2010. Bajaba Hefesto por las ramblillas famosas a trompicones, con la efervescencia del aire que por primera vez es respirado en sitio no hollado antes (habrá que olvidarse de la abundante oferta gastronómica de esas calles que tanto ofendiera a quien conoce el tapeo -un platillo de queso industrial, húmedo y pegajosete no puede valer más de ... 4 euros, y no 30, lo que haría una media de 6 por loncha-). Se torció a la derecha, según se baja, por la esquina de una iglesia almohadillada, poco antes de tropezarse con la hormigueante Boquería. Allí, no distante de la bocacalle, a mano derecha  se halló.














Un señor hablaba por teléfono dentro y conversaba cada poco con dos dependientas, parece que echaba pestes de una tercera que no cumplía como debiera por enfermedad y otras cuestiones vanas. Había en el escaparateo alguna que otra laguiole de Francia, Aitores antiguas y modernas, alguna española de lujillo y barateo. Destacaban Victorinox de cachas raras para lo que esta marca suele. Se compró la que se presenta aquí.







Volviose a la ciudad galana en años sucesivos, que no son muchos ni remotos, y se encontró el mismo rótulo, el mismo escaparate, las mismas dependientas...Bueno, no las mismas, el negocio había pasado a manos de Paquistán. Empalagosos mancebos con acento casi de allá y casi de aquí se empeñaron en atropellarme. Se les dijo que una Buck 112 no podía costar 100 euros cuando se podía obtener por 35 en internet. Y así se soltó alguna marca, modelo, precio, porcentaje disuasorios. No se compró. Cada vez que se ha vuelto, herido por la afición se ha husmeado pero ni Victorínox raras, ni laguioles francesas, ni americanas rubias de latón..Sí algún kalashnikov de pega.

En la cuchillería de la calle Ferrán, que da a la placeta del ayuntamiento, lo mismo. Aquí ni siquiera se llegó a tiempo de verle los hocicos al antiguo dueño. Se entró y se salió con bascas, delirios, resudores y mareos. Parece un velatorio cómico del nuevo cine indio de bollywood. Sentados en apretada formación o en deambulación estrecha  una serie de personas de aquel país esperan como la araña lobo a la hormiga. Costó zafarse. A cada objeción, el más viejo rebajaba el precio. Acabó con los ojos en difícil órbita pues no sabía a qué atenerse. Quizá no podia entender -o consentir- que alguien accediera a su cueva solo para ver navajas e informarse de formas, tamaños o materiales, sin apremio de compra. No se debe dejar reflexionar demasiado al pichón, eso es sabido, pero siempre se le debe dejar puerta para el escape...Este vez última ni siquiera se entró.