lunes, 30 de enero de 2017

NAVAJA FRANCESA "LE THIERS"-COUTEAU LE THIERS PAR "TEYMEN"






COUTEAU LE THIERS  PAR "TEYMEN"

Ya se ha dicho cumplido de este modelo. Se asistió a su nación, que lo nacieron casi antedeayer, en la Montagne Thiernoise. Qué sea una confrérie habrá que saberse para dar noticia de qué sea una navaja "Le Thiers".

Nos iremos a los socorros de la Edad Media, a los oficios que elegían calles para ponerse y defender intereses de la communauté. La piedad se manifestaba en obras de arte que se ponían en las capillas, imaginería a que acogerse y estandarte del poder de los gremios. La hermandad cuidaba de las necesidades advenidas sin previsión y de representar los intereses de aquellos artesanos que se acogían a ella. Su mano impedía que cualquiera interfiriera en el oficio y perjudicara a los hermanos y, cuando la pascua era venida, la mano misma que denunciaba  incapacidades e impericias daba limosna, sopa y panes a los menesterosos de la parroquia.







Aquellas cofradías de Francia no se disolvieron, y adheridadas a los oficios de un país rural han pervivido en las iniciativas de aquellos que festivamente y con orgullo vindican ora necedades, ora necesidades. Así, se defiende el pan en sazón cuya fermentación tiene las lentitudes del ámbar atrapando abejas, o el pastel en espetón de los altos Pirineos, o los quesos de leche cruda, o el cuchillo de Laguiole.

La de la navaja de Thiers fue nacida con el mismo objeto que luego fuera defendido. Intereses de la cuchillería  cuyo pulso se frenaba una vez que el modelo regional "laguiole" empezase a cansar después de su segundo nacimiento, ya hace unos cuantos años. Se hicieron las normas tras un esbozo breve de este cuchillo que más es acento, vencejo, ceja, puchero de enfado pueril o fragmento de la elipse universal.






Su hoja sin recorte y de punta recursiva, como pico de avoceta, su mango que es duplicación de tal hoja, casi como un compás resulta. Aquí, en la indefinición, se está el éxito, que lo tiene. Habrá que pensar que esto fuera cálculo pues el paraguas de "la confrérie du couteau de Thiers" se declina en latín, con bloqueo para el cazador, con el mínimo esqueleto enseñando tripas, a la turca... y lo toman para lucimiento las manos de Ponson, RB... y algunos otros de los MOF.

Yo recuerdo cuando en la tienda deportiva para cazadores, pescadores, ajedrecistas, campistas que está en la calle que conduce a la plaza de la Reina -hablo de Pablo Navarro- se vieran en el escaparate aquellos de Cognet, con la curva de un mango de sombrilla antigua.

Este de los Teymen es menudo y discreto, fino. Aturde al principio como el olor de un coche nuevo. Enebro fragante, especiado, ocelado y eterno, que así es el arbusto-árbol que pervive en las laderas, siempre verde y firme ante el viento. Un regalo que vino de Francia. Que gracias otra vez sean dadas, no sobra.






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