Como el individuo se descreyera, perdió la bolsa...y perdiose el contenido. Es grande sorpresa trobar que lo guardado conserve la guarda, con lo que el valor y precio se acrecientan. Sábenlo los que buscan y los que vendan. No haya de llegarse al capricho del atesorador para alcanzar este entendimiento.
Navaja de niño, punta redonda y cachas en silvatrín; años setenta/principios de los ochenta. Acero inoxidable y sin punzón de marca, solo ALBACETE, INOX.
Un verdadero poema de navaja!
ResponderEliminarMuchas gracias por el aprecio, Viejo yunque.
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