NAVAJA CASE
COUTEAU CASE
Los griegos representaron las estaciones con cuatro mujeres gráciles; a la del otoño le colgaban ganchones de uva y cestos de otras frutas en la cabeza. En lo zoológico se le ha relacionado con la liebre. Se ve claro en la otoñada de los montes las fases del curso solar en relación también con las edades del hombre. Esta ordenación cuaternaria las relaciona, a las estaciones, con los puntos cardinales y con el tetramorfos. Pero solo pasado octubre aquí, entre el atempero de la mar y el recuesto de la sierra, se le adivina. Quedaban ya los caquileros con los últimos pomos pasados en órbita, moviéndolos el viento en cortado sesgo, allá en el margen. Quedan apenas hojas de papel en la redonda almeza; y de la higuera, algún infértil fruto cárdeno y helado resiste. Los bodoques del granado caídos cabe la cepa y acartonados, y las granadas abiertas y mohosas apenas crepitan en su rubor ya. Los paseos con sus plataneras altísimas crean aún rumor de río celeste dejando caer millares de hojas, de las que alguna se quemará en el brasero de las castañeras. Y los nísperos escasos lo mismo, están sin cobijo, macerados a la intemperie. Da la tierra la carne que se beba luego de los odres, la del monte, recia y perfumada, la de los azúcares que se reconcentrarán en la tahonas, la de las sombrillas avellanadas de los hongos. La carne que excede el ansia la da la otoñada ahora. Así como las cabezas que sonríen de las calabazas durante la bárbara costumbre del halloween, el de los santos rubicundos y ebrios de la sajonia continental o isleña.
CASE ELEPHANT'S TOE
NAVAJA CASE ELEPHANT'S TOE
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