domingo, 25 de octubre de 2015

6 NAVAJAS DE ESPAÑA Y FRANCIA: NAVAJA CABRITERA ANTIGUA - COUTEAU LE CÉVENOL



Esta es la pasta de la que se merendaba, de tres colores -que no sabores-. Al corte, como los helados del kiosco. Marrón, ocre pálido y rosilla. Los tres sabían a nada, a parafina si eso. Y de esto nos mantuvimos. De los tres colores. Por eso se me fueron los ojos a esta pasta, de la que ya no se usa. Para comprobar cómo lo sintético puede envejecer como el metal, comidos las refulgencias y el brillo por los dientes de la luz.





 (Aquí la hoja antes y después de pasarle la muela, que tuvo el pico con mellas y desvío; comido se la ha metal a la hoja, que antes la punta estuvo a menos altura.)





Piña de los trópicos, ibiscos, solaje de tés de flores, coral tigre... Cuando se viene la melancolía a aquellos años el color es desvaído, desolado, falto de matices. No de otra manera se puede tener en las mientes, como estas cachas lo están. 







 Esta mistura y otras ya no se ven, salvo en la previsión o capricho de algún fabricante que conserve retales desde hace más de uno, dos , tres o cuatro décadas. El pisto que se llama en Santa Cruz es el más conspicuo que no el más fino. Se ve alguna pieza con este pisto montada por Wízner a algún amigo espabilado. Felicidades las suyas, que Hefesto con estas compotas y otras que encontrare se apañara más que regular.





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