NAVAJA MACHETE DE LUJO CON LIMAZOS; MODELO TAPITAS EN ALPACA Y ACERO AL CARBONO, CACHAS DE ASTA DE TORO, DE RAFAEL WÍZNER RUIZ
NAVAJA MACHETE GRABADA DEL 1, LATÓN Y ACERO AL CARBONO, CON LIMAZOS, CACHAS CON CINTILLOS Y LENTEJUELAS EN ASTA DE TORO
RAFAEL WÍZNER RUIZ
NAVAJA MACHETE DE LUJO DEL 0, LATÓN Y ACERO AL CARBONO, CON LIMAZOS, CACHAS CON CINTILLOS Y LENTEJUELAS EN ASTA DE TORO DE LIDIA
(RAFAEL WÍZNER RUIZ)
NAVAJA MACHETE DE LUJO; ALPACA, ACERO AL CARBONO; GRABADA EN MUELLE Y LOMO DE LA HOJA; CACHAS DE ASTA DE VACUNO CON LENTEJUELAS BICOLORES
(RAFAEL WÍZNER RUIZ)
-Y los tengo, sí. Pero estaban en el taller en espera de lucir en las cachas de un capricho.
-¿Para el mismo? ¿Ese maestroescuela hablador y atropellado que me decía usted?
-Usted, Manuel, no se olvide de que de los caprichos se sacan perdices escabechadas ahora, y antes hogazas y algún fiambre.
-Venga, Rafael, no se ponga murrioso, que hoy el día pide calores...
-Y colores -le completó la frase Wízner.
"Trae dos cafés con chorro de Veterano, largos y bien de azúcar" -ordenó Plinio al muchacho que atendía. Se miraban los hombres las manos asentadas en la mesa de mármol viejo de Macael.
-Me vienen impresiones de los tiempos de antes, mientras usted anducheaba por el término enderezando leyes y hombres
-declaraba Wízner con el tono bullente de su pasada juventud- yo estaba atado a la muela quitando hambres, la mía y la de los míos. Esta misma mesa...
-A los hielos y a las escarchas, a las amanecidas... y a los nácares o mejor- rectificó Rafael- a las nacarinas blancas con las que tantas girodias he montado. Un ojo de perdiz en ellas era la impresión de un sol en su levante.
-Ya ha traído usted la poesía a su arte. Palabrea como si antes que artesano fuese pintor...
-De necesidades, ya le he dicho.
Impression, soleil levant
Claude Monet
De la esquila de la torre, enredada en los tejados pizarrosos sobre los que se trascendía, salió la onda de las cuatro en la tarde decembrina.
-Una como la que usted celebra y no la placa del ayuntamiento me tenían que haber dado cuando me terminé mi vida de municipal
-amagó con sonrisa su hilillo de amargura Plinio, jefe vitalicio de la policía local de Tomelloso.
-¡Que te la quedas, Manuel!, que al caprichoso ya se le labrará, o no, otra. El asta es de ganado bravo y si le cuento cómo me ha venido a las manos...
Salen a la plaza los dos, Wízner y Plinio, sin tapabocas, las manos en las bolchacas, al taller de Rafael. Las farolas de mercurio convierten las calles mojadas en maqueta soñada. Los dos cuando hablan -y aun callan- nombran navajas.
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