viernes, 16 de diciembre de 2016

NAVAJA LE RHÔDANIEN-COUTEAU LE RHÔDANIEN


 Se la compró en lo de Courty, sûr place. El avispado muchacho recomendaba el boj por ser maderamen de la tierra, que no la amourette. No se le hizo caso, y él, tan educado como lo son sin excepción alguna los parisinos, acabó dándome la razón. Claro que antes, rematadas algunas compras, se permitió, en un paroxismo de sinceridades el comentario: Une conception banale. Y tenía razón.






 Es un Berthier; lo que significará nervio excesivo (más que "caminar", salta con pértiga el muelle) y terminaciones correctas -aunque no siempre-. El negocio está en Valence, cabe el Ródano. Didier Charbonnel, nieto del amo, (el mismo que impulsó le couteau de l'île de Ré) se puso en la poltrona en 1990; y habrá que darle el mérito de la concepción de una navajuela con el nombre de la región, que no la había. Fue llamado Laurent Gaillard
para que empujara la idea al mundo de la realidad. Este hiciera en su tiempo unos cuantos totalmente à la main.






Ya no se fabrica con pura artesanía sino solo con la intensidad de lo industrial. Hoja de 9 cms en el acero usual de Francia, mitra casi en rombo, y un mango recio, ancho. La propaganda lo presenta como "a prueba de uso" (de cualquiera, claro), y se le puede añadir un sacacorchos si es el gusto.



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