lunes, 5 de diciembre de 2016

I RAFAEL WÍZNER RUIZ: MACHETE DE TAPITAS EN GRANADILLO. COUTEAU WÍZNER EN GRENADILLE

Ahora que la muelle pinocha alfombra los rectos -y torcidos- troncos escamosos de los pinos mansos, ahora, digo, es cuando más se vienen a la vigilia ensoñaciones de presencias y querencias. Arrimamos cabe nosotros personas a los que la distancia disipó. Cabe el fuego de la lumbre, fuego bajo de cocina y arregosto.  Se ha traído, ahora que la murriosa llovizna cesará, a D. Rafael Wízner (pronunciado a la española, sin doble valle) Ruiz.

Ya se le tuvo aquí en ocasiones de aquellas navajas que compuso, de concha de malacólogo, de asta de pavón real, de nácares y espumas de artificio. Como no quedan tantos -y quedando no se los tiene en la cámara de abajo- se le convida sin que él, don Rafael, pueda hacerse el longuis. 






Él, Rafael Wízner (en el montante de la puerta, en socarrón donaire): Por aquí todo bien. Habrá caído agua por el Levante ese tuyo. Aquí es que han pasado los tiempos sin formarse un charco para mojar suelas...

Yo (en la estela de su entusiasmo de joven): Sí, sí, sí...-cómo decirle no a un río de jovialidad y compostura-.

Rafael Wízner: Que la cosa está mal. No sé si lo sabrás (con entonación disculpadora y condescendiente, sin dar lición pudiendo). (...) Que tú negocias unas maderas, pues me las envías, que sean duras (buscada llaneza, que no pareciera lo que es, no gastando palabras fuera de tono y tiesto, de aprendiz modestísimo).

Yo: Los quiero anchos, con grabados en muelles y...lo que tú sabes, Rafael. De tapitas.

Se negoció lo que se viera y se enviara a Santa Cruz de Mudela. Envío con billete dentro, instrucciones fútiles, que es la palabra lo que vale y no garabatos ni discursos.

Él, el artesano: Me alegro de que te haya gustado. He puesto la veta blanca que se vea, pero era muy somera y no ha dado para la otra cacha. Sería más bonita aún (dice, como si pudiera ser posible que se acrecentara el gusto mío, que era colmado).

Es un machete de tapitas soldadas, de mucha solera en Santa Cruz. Alpacas en virolas y rebajos, grabados eléctricos en muelle y alillas, lomo de la hoja también con caudal de limas. No está más ajustada que otras suyas, ni está más apretada, ni tiene menos holguras -que ninguna hay-, ni su muelle está más centrado, ni los pernillos más dulces... De granadillo con albura.









(A don Rafael Wízner se le traerá otras ocasiones, cabe la lumbre antes de que se apague -la una, que el primero no está en posibilidades.)

2 comentarios:

  1. preciosa navaja y relato directo y ganador en palabras y expresiones. un lujo verlas y leerte.

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