miércoles, 10 de enero de 2018

III NAVAJAS ANTIGUAS RESTAURADAS POR RAFAEL WÍZNER RUIZ

III LA NAVAJA (MELLADA) DE ÓCCAM


(CONTINUACIÓN)


NAVAJAS ZAFRILLA
COUTEAUX ZAFRILLA





Le puso, tras deshacer el paquete, las navajas en la mesa de chapa. Tres desiguales de tamaño y hechuras.
-Viejas, Rafael.
-Les tengo que hacer revisión, enderezarlas y afinarlas.
-Lo mismo que a un piano...

Llamaron sin apremio en la puerta interior que daba al patio de la casa.
-Padre, que ya sé que está aquí trasteando con José, y he venido con "munición de boca".
Dijo esto último la muchacha con chorreo, mirando a los ojos al profesor.
-Te tienen todos calao, José -y se carcajeaba Wízner, la hija y una compaña que traía.
Azoró esto al filósofo tímido, no tanto por la chanza sino por la presencia de la segunda mujer, particularmente compuesta para visita de asiento.
Cuando entró en el cuerpo de profesores de secundaria, Vizcaíno podía mirar desde la atalaya de la juventud incluso a algún alumno mayor que estudiaba el bachiller por la noche, y a todos los padres. Ahora... hasta las madres parecían adolescentes. Siempre fue en la consideración de las edades muy extremado.
-¿Es usted el profesor de filosofía de Raúl Ángel?
Se hacía el interpelado de nuevas. Claro que lo conocía, con esa combinación onomástica... y los rollos que le metía. Muy poco digeridos, los cascotes, la cacharrería rota, contenían empastos mucilaginosos.
-La navaja de Óccam -soltó el profesor con gracia fría, y fatiga en los ojos de siglos.
-¿Qué dices? -le tuteó  la madre ya desenvuelta en la segunda apelación.
-Si te parece -se dirigía a él ahora Wízner- habla con la chica aquí mientras yo voy a por agua.
Fulminó con poca convicción el filósofo al cuchillero, que ni en fiesta lo dejaban de importunar las encontradizas mamás.
Se esperó la madre a que los dejaran a solas para  disparar: ¿Cómo es que con la profesora del año pasado sacara un notable 8 y ahora usted, perdón, tú, le pongas un 3? 
Afiló los ojos Vizcaíno como encandilándose, midiendo distancias antes de tomar el hilo o el aro -recordó pensamientos matutinos-. 

Como tardaba en rematar la faena, entró y salió varias veces el cuchillero, tocando arpegios discordantes en la cortinilla canutera que se entrechocaba con la chapa de aluminio de la puerta.

Tras irse la madre, menos descontenta que templada, Wízner aquietó al profesor sentados ya ante el chorizo en ristra picantón, un platillo de aceitunas adobadas en casa, dos cantos de pan rústico y sendos cuartillos de vino tomellosero.
-¿Cómo la has rematado a esta? Que la faena se ha hecho larga...
-Con la navaja de Óccam.
-¿De "coca"? Conmigo no te andes con chuladas de esas; mira que no te saco más vino.
-Que no, Rafael; va en serio. Le he dicho, antes de explicarle el concepto, que su Ángel Rúbeo tenía la navaja desafilada.
-Una mentira, un cuento... ¿no?
-Sí, su navaja está mellada, en realidad.
No paraba de sorprenderse nunca el filósofo de que una persona sensata, catral, con jispe ...un pastor, un jubilado de RENFE, un iletrado... entendiera a la primera el concepto, sin paráfrasis, sin exempla, sin alegoría, sin análisis ni síntesis. Y si era un cuchillero, había que afinar y tomar distancia si uno quería salir bien librado. Pero estos de ahora, hijos de las Logses...
-Sí, su navaja está mellada, en realidad.

(CONTINUARÁ)













1 comentario:

  1. Hola,

    Veo referido en muchas ocasiones en el blog a Rafael Wízner Ruiz, siempre con unas navajas estupendas. Sin embargo, la única referencia en Internet a esta persona la he encontrado en este blog.

    ¿Se trata de un vendedor de navajas, un coleccionista, otra figura? Y de ser un vendedor o restaurador, ¿dónde se encuentra su tienda o taller?

    De por entradas anteriores, entiendo que es Castilla la Manca, probablemente Santa Cruz de Mudela (por lo de la plaza de toros cuadrada), pero agradecería un poco más de detalle.

    Gracias.

    ResponderEliminar