jueves, 16 de marzo de 2017

11 FUNDA DE NAVAJA CON ALEGORÍA DEL CUCHILLO DE CAZA: NAVAJA-COUTEAU LE DONJON





La alegoría del arma blanca siempre tomó modelo en la caballeresca espada como hiperónimo de su clase (
mandoble, sableo cimitarra, florete, espada de verdugo, de duelo, de parada o aparador, espadines...); dagas, misericordias, almaradas, estoques, puyas o navajas se retiraron de la panoplia noble. En su De arte martis ( recogido en el registro bibliotecario de la Wallace collection como De officio martis) Juan de Lille, hermano de aquel  otro Alain de Lille famoso por su De planctu naturae, expone la alegoría del culter venatorius (y en él la de las hojas nobles menguadas). Es esta la de un homo venator silvestre y boscano, con capuz prendido con hojas de robur, guedejas de haya y frente glandífera; el pectus con costillar visto de hojas de sauce que paran en un esternón de  hoja de zarzaparrilla fuertemente acuminada con tres picos de flecha. En ambas sus manos dos gruesos cuchillos anchos, uno de punta desolladora y el otro de remate. Calza medias con sendos menguados cuchillitos de gozo atadillos al muslo. Los alamares de las manchas amplísimas forman enramadas cervunas de astas sin fin (símbolos de los bosques oscuros, del silvático laberinto). Apliques penden de las hombreras con lacias colas del porcus singularis; un amuleto con doble simetría de incisivos cerdosos pende de su juboncillo; pisa el cazador con un pie montoncillo de sal que figura nieva, del otro salen anémonas. Un lebrel y un dogo lo enmarcan (ligereza y tenacidad); y finalmente, dos plumas en su bolsa cosidas, de astor y de torcaz.

Se trata de un concepto netamente venatorio, biológico y estacional: el hombre señor de la naturaleza que Dios le puesto como divertimento y alacena. El giro de las estaciones, la nobleza de las piezas mayores y la disposición de este hombre panoplia tiene al señorío como trasfondo, no ocultando pulsiones ancestrales y paganas. Lo interesante de esta alegoría es que como cuenta final, dice Juan de Lille que como faltriquera lleva la alegoría una funda de madera cubierta de piel  que es la funda indistinta de los cuchillos empuñados. De fundas faltriquera hemos tratado en todas las entradas sobre la guarnición de las navajas.







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