lunes, 13 de junio de 2016

2 NAVAJA DE CABALLERO ALEMANA: W H MORLEY and SONS

NAVAJA ALEMANA




Se vino esta de Amsterdam, de su mercado de pulgas que dicen los franceses. No se tenía esperanza de lograr nada pues puestos de barato se sucedieran, de ropilla, de menajes y cacharrerío, de artesanía chinesca, de plantas de plasticacho, de comida, de herramientas de segunda mano...

Entre tanta miseria se alcanzó a encontrar este puesto que gobernaba un sesentón angliparlante. En cajonerío de recogida de fruta se contenían navajas suizas clasificadas por calidades y precios (de eso ya se hablara si se terciare). Tras mucha acaparamiento y suelta, se enganchó en las uñas una miseria negra, alargada como arveja pasada. Se adivinó más de lo que se viera y menos de lo que se tenía. Por una simbólica moneda se tuvo. 

El mejor cambalache se creyó haber hecho. Y tras el mismo se le dijo: Where is it from...England? A lo que con cara de tensión en cada una de las protuberancias y declives de su rostro por el esfuerzo en la comprensión de tan malo inglés, respondió: It's german, I think...

No lo sospechaba, lo sabía cabalmente. Pero cuando se llegó a la patria y se empezó con el adecentamiento, se acordara uno mucho de aquel. Tales negruras persistían como la pez en holandas, nunca mejor traído el dicho. Como se estuviese horas frotando con Aladín, aceite de armas, lana de acera...al anochecer, antes de irse a la feria de la Virgen de las Nieves, se hallara la espuma del mar; el resorte comenzara a hablar, y hasta apareciera un jardín de flor única con el trébol de la suerte grabado a maravilla. La delicadeza de las hojuelas, con su uñeta alargada, sus biseles y contrafilos primorosos que más de crustáceo que de ingenio parecieran, tanto entretuvieron que que se fue a la cena aún con las uñas empercudidas de grajo.

Tuvo razón aquel neerlandés socarrón, y si la dejó era porque sabía más que este irresponsable acaparador y que todos los de aquel Waterlooplein.







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