martes, 20 de septiembre de 2016

NAVAJA INGLESA JOSEPH RODGER-JOSEPH RODGERS'S KNIVES 6: JACK KNIFE

Ya de retirada, y no de otro modo que por casualidad, me dejé ir a un puesto alejado del bullir turista. Buen surtido sobretodo en cortaplumas de ivoirine y en militares de principios del XX. La vi mocha y limpia; la abrí para verle la ley; fue comprada en el acto.

El vendedor me contó que era de una señora, viuda de marinero, que la conservara un  tiempo hasta que ya la edad la empujó de desprenderse de algunos recuerdos. Nada más la toqué empezó a darme palique; "jack knife" me anunció. A renglón seguido me adiestró en el modo británico de cerrarla -que no es otro que con decisión y brusquedad, con desprecio del objeto-.

Drawing of 6 Norfolk Street (taken from “Under 5 Sovereigns – Joseph Rodgers & Sons Ltd, Sheffield, Cutlers to Their Majesties”)  » Click to zoom ->Drawing of 6 Norfolk Street (taken from “Under 5 Sovereigns – Joseph Rodgers & Sons Ltd, Sheffield, Cutlers to Their Majesties”)

Joseph Rodgers & sons es la primera de las marcas en la edad dorada de la cuchillería (XIX); de las marcas, lo que implica fábrica y no un lúgubre taller -que también los había-. Las navajas más finas en el país de la revolución industrial, se injertó con felicísimo resultado artesanía e impulso fabril. Al igual que se dijera de Wolstenholm, se dirá de J. Rodgers. La firma desapareció y llega hasta nuestros días solo como marca del grupo Eggiton. Nada que ver con las originales.

Cuanto más se lee sobre este punzón más asombro causa la colección del señor Setián. Su familia compró el showroom de J. Rodgers en los años 70 del pasado siglo, sino me equivoco.

Joseph Rodgers showroom at 6 Norfolk Street (taken from “Under 5 Sovereigns – Joseph Rodgers & Sons Ltd, Sheffield, Cutlers to Their Majesties”)  » Click to zoom ->

Joseph Rodgers showroom at 6 Norfolk Street (taken from “Under 5 Sovereigns – Joseph Rodgers & Sons Ltd, Sheffield, Cutlers to Their Majesties”)

El dato de que un extranjero se hiciera con tal tesoro dice muy poco del apego de los ingleses por su historia. Se ha explicado muchas veces que los mejores artesanos de Sheffield desaparecieron en la primera gran guerra del XX; los hombres eran a veces movilizados por su lugar de origen lo que significa que si un batallón sucumbía en cualquiera de los desbarajustes bélicos que se sucedían, se daban repercusiones directas a cortísimo plazo: el gremio cuchillero desapareció prácticamente. Es difícil entender que los actuales ingleses ignoren su tradición y carguen con arbitrarias leyes tajantes el uso de un triste cortaplumas.















 Aquí se puede notar que el punzón que la navaja hubiera de llevar ha sido cercenado; la navaja, por lo demás, está en buen estado: los dos muelles pistonean  bien, ninguna de las hojas presenta movimiento lateral, y las cachas se muestran aún sólidas. Tanta fuera la emoción que no paré mientes en cercenamiento.







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