miércoles, 13 de enero de 2016

NAVAJA OPINEL CON MANGO DE OLIVO-COUTEAU OPINEL AVEC MANCHE EN OLIVIER



Navaja de reyes es esta pues en obsequio la recibí y la tengo. Una opinel de lujo, que de estas se hacen en fresno, olivo veteado, cerezo o boj; en su cajoncito pulcro de madera liviana que es guardado por una lámina de plástico grueso y traslúcido que deja  ver su funda y la leyenda de la empresa.

Las Opinel. Como se reservará para ocasión venidera el primer recuerdo, ahora se dirá de su origen y, otrosí, de su casta y fábrica. Se empezará por el final diciendo que es Opinel hiperónimo de navaja, de modo que para invitar a almuerzo se dirá tanto "¿Tienes tu Opinel?", como "¿Tienes tu navaja?". En ese país todos los que usan de ellas las poseen como su primera navaja, como la de uso diario, como la de caza o pesca, la de almuerzo y la de oficio (por muchas más que se posean).





Joseph Opinel ("Opinel" fue también apellido) se decidió a fabricarlas por 1890 (se dice que la creó pero eso sería mucho decir...) en la Savoie para los paisanos montañeses que venían al pueblo de Saint Jean de Maurienne a ver civilización. 




La mano coronada de la hoja apareció más tarde, en 1909. Se trata, por supuesto, de la mano diestra que levanta tres dedos; es emblema-escudo que aparece en las casas del mencionado pueblo de Saint Jean; pues resulta que su iglesia catedral, según una bella leyenda, guarda (?)
los tres santos dedos que el Bautista levantó sobre Cristo en el Jordán. Lo de la corona remite al tiempo en que La Savoie era ducado. Es este su éxito mayor, el de hablar de la historia, de la gente y de Dios. 



La virola (bendita virola...) tiene mucho que decir -o muy poco- en el éxito que no previó Joseph. Una navaja barata y con seguro. No se entrará al trapo ahora, que de virolas se tiene hartura de su origen. Esta virola, digo, traba una hoja bien en acero al carbono, bien en inox. La regla era que si el color de la marca (OPINEL) está en negro sobre el mango, la hoja será al carbono, si está en rojo, en ínox. No se cumple siempre esto, que cuando la serie no es la corriente, como el caso que aquí se presenta, no aparece marca alguna (pero ni esto es constante).





Historia, etnografía, religión, bloqueo... Y más aún: la hoja. Una Opinel presenta una de punta alta, a la española, pero sin recorte o estaje. Una hoja con curva y punta, la perfección. Desuello y punzonamiento o estocada de liebre, cabrito pero también de oliva, serba o salchichón.













Para xiloteca las Opinel son óptimas, para amolarlas en una piedra de las que servían para majar esparto en Bayarque de Almería. Hoy son emblema de Francia y de tanta afección que incluso se ha visto como un francés compraba una en la cuchillería de la plaza del Altozano de Albacete, en donde tantas palanquilles había y tan bien compuestas.

Solo se dirá que su virola es más de ayer que de siempre, pero no adelantemos lo que no conviene; sí su excelencia, así como la de quien la regaló. Merci beaucoup.



No hay comentarios:

Publicar un comentario