domingo, 5 de abril de 2015

8 NAVAJA BUSTOS: 2ª PARTE. LOS FERIANTES DE SANTA CRUZ DE MUDELA: SE VENDEN NAVAJAS BUSTOS


(...) Audaces, llegáronse hasta Torrelavega -me informó el puesto de Santos-, pero no tanto a Levante (quizá por la competencia de Albacete). Los puestos se colmaron de plastiquerío y castizo (para el niñerío y la mocedad -cuando se quería comprar gafas ahumadas, o collares y pendientes de gitana, o guitarrillas, botas de vino, correas...no se acudía al Corte inglés, ¡quia!-). No faltaban los jornaleros del tajo campero, los aprendices del cuero, los pastores de abejas y los cabreros siempre todos faltos de filo. Los más espabilados acabaron más en el comercio que en la fragua, por lo que se especializaron en la venta y ambulación. Compraban ya la mercancía terminada, muchas veces apretando pesetas y céntimos a los artesanos. Aún quedan de estos, menos, y de aquellos, pocos.

Como hacían también allá, al otro lado de los Pirineos, los que abandonan sus poblachos en el Macizo Central buscando peonadas aquí, con la madera o el ganado. Estos se llevaban navajas que de retorno en sus Francias acabaron siendo copiadas en Laguiole. Claro que luego los de Thiers, otro pueblo junto a un río que es parasitado en mazos, los copiaron a su vez. Pero, sì, allí cogían sus navajas y se iban también a buscarse sus francos con los filos. Igual que allá en Santa Cruz de Mudela.















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