sábado, 23 de marzo de 2019

2 NAVAJAS MULTIUSOS FRANCESAS PRADEL-COUTEAUX MULTIFONCTION PRADEL

 ESCENA DE REGATEO EN EL RASTRO DE VALENCIA



Barato, han sido trampa para pichones en los rastros, por ejemplo, de Madrid o Valencia. Allí vienen a reunirse, según temporada, en grupos numerosos. El gitanerío -pero no solo el étnico- los tiene como ardite.
Toma el distraído visitante del mercado de pulgas uno del suelo o de la caja miserable de lata.
-¿Le interesa? -demanda el socarrón gitano.
No habrá de preguntarse nunca precio si no se está seguro de que se vaya a comprar, pues de lo contrario, tan vehementes, pesados, impertinentes se vuelven que el tierno y divertido paseante acabará con la mercancía mala en su bolsa, y con, mínimo, un billete menos.
-Es de ciervo -continúa el gitano. 
Él sabe que no es así y mide el conocimiento del pichón.
-Ciervo, ciervo no es. -Y también se ha caído en la red. Habría que haber dicho una tautológica mentira-: sí que lo es, pero solo tengo dinero para un café.
Solo así soltará el bocado el dogo.
-Es de ciervo, ciervo; pero seguro. -Y porfía el gitano seguro o no de que tú lo sepas que ya no es lo que más le importa. Un tour de resistence se ha establecido, lo que convendrá es sonreír, medir la necesidad del calé y su entereza, no perdiendo de vista que solo algo de dinero lo contentará. Si el incauto aún no se ha ido huyendo como venado perseguido por jauría de podencos, el vendedor continuará-: Le podemos hacer la prueba...

Estate seguro de que entonces la mercancía es falsa; la prueba consistirá en cercenar, destruir, cambiar, deslucir la apariencia del objeto.
-Lo quemamos, lo quemamos .- Y a estas alturas ya se han levantado, se han venido de sombrillas próximas otros pichis para que el paripé se lleve a cabo como conviene.
-No, no lo es; si ustedes lo queman yo no lo voy a comprar. Es plástico. Pero plástico-plástico.

Ahora las miradas se entorvan, las muecas se ensombrecen. Tocará lanzar la oferta que estará por debajo de la mitad de lo pedido.
-A mí me la han vendido por cuerno de ciervo, de ahí de la sierras de Alcaraz.
-Cinco, le doy cinco, pero si la quema, no me interesa -habrá que hacer como que se desentiende uno y se sale de la distancia física de negociación.
Ya hay alboroto, el regateo serán ya cortesías zafias para embromar y desanudar la red. Los ayudantes se vuelven al arrimo de los troncos de la arboleda mínima. 
-¡Venga, va!
La compra se ha hecho. No merecerá la pena, casi seguro, haber perdido tiempo demás en ello. Al final se tendrá lo que en otro puesto se tendría sin tanta doblez.
El ciervo falso al final no se quemó, y la navajuela francesa se vino en la bolchaca con la impresión de que uno ha estado en las tablas y la recompensa no ha sido la que correspondería a la categoría de la actuación propia, que la otra sí que ha sido pagada en lo que se pretendió.











2 comentarios:

  1. Amigo Hefesto ¿me permite un comentario cursi?. Su crónica me ha ventilado el alma, en días digamos... un poco aciagos en lo personal. Le envío un abrazo desde el sur del sur.

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  2. Honor que me hace con la visita de quien sabe todo lo que aquí se ignora. Muy reconocido quedo pues me admiran los artífices, artesanos, artistas -sino más- como usted mismo. Muchas gracias.

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