Francisco y Rafael, al irse Manuel, pusieron a medias una fragua en la calle General Serrano (corrían los 60). Componían la navaja de batalla y poseían un catálogo amplio y diverso. Las vendían a los feriantes del pueblo; para sacar más provecho de su trabajo ellos mismos fueron viajantes e incluso se dedicaron, siempre juntos, a la rifa con las tablillas.
Estas de arriba las vende aún Santos, y de todas tiene variedad en tamaño y terminación. En la última se puede ver grabado el escudo del equipo de la capital. Si se escoge con calma y el feriante tiene paciencia, se puede comprar una navajilla dignísima. No se puede decir lo mismo de las que siguen pues de corrientes tienen lo mismo que el río Segura.
10,01 cms cerrada
8,02 cms de hoja
PARA SABER MÁS LÉASE LA NAVAJA DE SANTA CRUZ DE MUDELA
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