Nada dice la ley del consumidor sobre los colores, tipografía, licencias poéticas y otros melindres de la propaganda que emplean los coheteros para la venta de petardos al menudeo. Tan coloridas como cadernera u oropéndola de ribera, que aun ganas entran al desmedrado de comérselas sin abrir...
Esta una IHER es (Izaguirre hermanos) en inox y cachaje en plástico acaramelado. Pistonea como el motor de un 911 de los 60. Magnífico cortaplumas fuera si las madres, próceres políticos de la educación, y catequistas dieran venia. Pero no. Las navajas las abren y cierran los demonios, todos de consuno.
Esta falla, me dicen, causado ha gran polémica. Hefesto tendrá que informarse.
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