La del origen sea lo que más tira de la cuiriosidad. No hay punzón ni leyenda, solo uñeta (sea esta, quién sabe, un indicio). La forma se escapa de los paterns tradicionales centroeuropeos o británicos. Parece un pequeño couteau al que podría poner el nombre de -"langres" por el tipo de hoja; pero parece poca analogía. Esta es plana, con una muy larga mitra (algo más de un tercio del total) y aliñada con incisiones paralelas. No tiene rebajo, y el extremo inferior es redondeado. Los materiales son nobles, madreperla y alpaca, con los pernos en metal dorado (alpaca, quizá), las platinas son de acero. En su origen, debió tener pulido a espejo. Se trata de una pequeña navaja de buena factura cuyo grado de conservación sino óptimo sí es bueno. Y muy elegante, con su hoja de punta caída (stylet) y filo recto. Que vengan muchas como esta , en cuya superficie nacarina se aceleran las partículas y chocan en mudos estachidos de irisaciones.
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