viernes, 27 de julio de 2018

17 NAVAJA INGLESA DE NÁCAR-COUTEAU ANGLAIS AVEC LES CÔTES EN NACRE






El extenso y curioso museo Albert&Victoria cumple una función -sin mucho éxito, dígase ya- social como es la de elevar el buen gusto y el apetito de belleza en los objetos que se manipulan de ordinario. No fue este el orden en el caso de Hefesto, que primero apeteció, de naturaleza, lo raro y bello para después buscarlo en instituciones que custodian la singularidad, el primor o la artesanía. Allí se vieron tarareas de concha, lacas, lapidarios en consolas, obras de piedra dura, latón con formas felinas, ébanos... Con lo que tocando las cachas de esta se aviva lo que nunca se duerme: la exquisitez de un objeto que supera su propia función útil. Esta deba ser de las últimas que se produgeran, que tiene la hoja ya no de plata sino de acero inoxidable. Sigue las formas de las primeras de ese metal noble, y es algo más gruesa dado que el material metálico no es oneroso. Estas mataron aquellas. Carecían de su fineza, y no las alcanza en sutilidad. No casan dos materiales que no se convienen en su valor (como sí la plata y la madreperla), con el nácar el cuidado ha de ser vigilante, con el acero cabe la desidia, por lo no siendo prácticos, tampoco son durables. Así acabó la carrera del nácar en las Islas Pérfidas.












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