También aquí lo hicieron con productos, menos con manufacturas; los jamones de Trévelez fueron suministro de la casa real, que los Borbones no eran tan linajudos que no tuviesen gusto en paladear oreadas chacinas; la confitería Mora de Onteniente se me da que también lo publicitaba pues sus nueces fondant tienen, si cabe, más fama que gusto, que también tienen y muy afinado. RODGERS CUTLERY TO HIS... así pone en el recazo. Sea esta la muestra de la altura a la que llegó la cuchillería británica -si bien es verdad que no se corresponde con la época dorada de esta manufactura, que acabó a finales del XIX-. Es apretada, precisa, pulcra; la madreperla es magnífica en blancuras e irisaciones, los pernos, los resortes, las platinas, los contrafilos, las cachas... Ay, los resortes, que andan majestuosos y cantan rendidos. Vendrán más, a lo que se espera.
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