sábado, 7 de febrero de 2015

RAFAEL WÍZNER RUIZ: NAVAJA DE ESTAJE CON CACHAS DE CONCHA 1





En la Sierra de los Filabres, cuando se acercan las peñas a las ramblas, a los ríos estacionales, siempre en las humbrías escasas, las acequias y los muretes esconden en los bancales los caracoles que andan en las nubes. 

Así, recorriéndolas, por esos ríos, me recuerdo buscándolos; y del mujerío de la familia andando los cauces secos del Almanzora, sus orillas, recogiéndolos de los hinojales. Por lo que siempre que el niño Hefesto inspeccionaba los descuidados jardincillos, recogía las alargadas caracolas y los gordos caracoles que corrían por las losas de las galerías huyéndonos en  las aburridas carreras organizadas por aquellos infantes pueriles.


Alimento humilísimo en donde fuere; aquí en el Sur nunca bastaran por muchos que hubiere, que ni dos docenas de los menudos pudieran rellenar uno de los escargots de Maxime's. Tanto hiciera las hambres que se les embadurnó con las salsas más aperitivas, a menudo picantillas, para disfrazarlos. En Sevilla hay algún magnífico bar, con servicio auténtico sevillano, que vive de la fama de ellos:-"No, es que aún no están en tiempo, y las cabrillas no valen en todavía." Así se disculpaba un atento y eficaz camarero que entendió que se le pedía lo más típico.





Mientras se haya pieza excelsa en estos materiales nobilísimos, se nos ha llegado a las manos esta, de D. Rafael Wízner Ruiz. Esta viene también de las excelsidades de su probadísimo arte, no es contentamiento sino meta. En estupendo y egregio material sintético por tener  lacerías, sutiles ocres en extremada mixtura y pátina de naturaleza. No se puede encontrar ya este donde se busque; paréceme de encanto por llevarme memorias inexistentes a donde nunca se estuvo. Magnífico.









No hay comentarios:

Publicar un comentario