jueves, 24 de enero de 2019

7 NAVAJA DE CAMARERO EKA Y DE SHEFFIELD/CANIF

NAVAJA DE CAMARERO

Cuando se ve a los caballeros teutones libando de ellas le viene a uno la sed desconsoladora. Esas copas a menudo con tapa en las que se han vertido las más fieras esperanzas. Signo del continente supremo: el corazón. Capiteles licuados con la savia de la piedra. Cordiales compañeros de las espadas, de los bastones, de las dagas. Su oquedad es la del arca, la del cofre solar herrado; funda son del cetro. Por  la informidad que cobijan (inconsistencia líquida) hay quien ve en estos cálices el secreto del azar. Los sorbos son medidos, como talismanes de hidromancia son  tomados. La botella abierta, sin corcho, sin chapa, es trasegada. La renovación instantánea y su límite caben y se liberan con el tallo del sacacorchos, con la boca de una palanca que muerde el metal. La llave-puerta en manos del creador de las herramientas.















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