Una diminuta navaja inglesa, con cuatro elementos. El tamaño y el gancho indican, sin seguridades, que sea un útil femenino (el sacacorchos corto con cuatro vueltas podría haber sido usado para quitarle el tapón a un bote de perfume, a un bote de tinta...). Sea lo que fuere, que no ha de destapar nada sido su luz y sus liliputienses herramientas. Se antoja que, quizá, haya sido reparada, pues sus cachas están enteras y los elementos muy ajustados. Otras se hayan visto, solo en imagen, que tenían una anilla en el extremo inferior para ponerle fiador (extraña que esta no la posea y que no tenga restos del anclaje). En fin, un encantador coleóptero con élitros de alabastro -si es que el alabastro sea más noble que el mismo nácar, lo que no creo-. Se goza desplegándolo e imaginando sus utilidades. Iluminaría las estancias tenues de una casa victoriana. Allá la dueña la tuviera junto a una peina de carey con funda de piel de cerdo.
Una recopilación de navajas inglesas, algunas verdaderamente magníficas, que pobre muestra son de aquello que las produjo: la mejor industria de la cuchillería en su edad de oro. A lo que miro, creo que una no es inglesa sino una prima sajona también de Alemania.
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