sábado, 22 de octubre de 2016

2 NAVAJAS DE CHARLES COUTTIER-COUTEUX DE CHARLES COUTTIER: TOUT USAGE




Ejemplo es de cómo la realidad sale de un papel y ocupa el espacio que antes tenía en la imaginación -en el deseo, más bien-. De esto ya supieron los tenderos e inversores que en el diecinueve vislumbraron las posibillidades de los grandes almacenes como boticas con que curar la melancolía y salvar rupturas de matrimonios burgueses. Las galerías imprimieron catálogos con los artículos que podían vender-comprar; los enviaban  a los domicilios tal que hoy se hace con los de Avón.

En el dibujillo fiel ya se abrían ganas, que se acrecentaban con la espera -si es que uno no pudiera acudir al mismo negocio y comprar el corte de tela, los guantes, el costurero o tabaque, la navaja de manicura, las tijerillas de bordar con pico de cigüeña, el sombrero de castor, la petaca, la polvera de nácar de Manila, el quinqué o la biblia en cuarto con tejuela dorada.




Cuando se leyó aquel librillo diminuto, casi panfleto-prospecto, en las tórridas tardes de Bayarque de Almería, la imaginación secó el seso y la idea de aquella navaja fue obsesión. Encabada en amourette, con tornillos por pernos y cierre de camisa. Más armónica que navaja, más tapa de piano 
que cacha, más ensoñación que necesidad.

Corrió el tiempo con sus veloces alillas en los talones y el artesano envió lo que no se pudiera encontrar en ninguna cuchillería. Se quería uno que tuviese dos hojas enfrentadas pero ya no estaba disponible esa quimera atravesada. No pareciera francés, que estos mucha afición tienen por lo que les viene de los Estados Unidos de las Américas. No hay otro
 que pueda lucir tan bien el vestido de madera, esas lisuras son vastas, esas curvas son de playas, esos brillos son de espumas, esos limazos son de arrecifes, y ese cuerpo es de marinero que toma una armónica -sino la armónica misma-. Voilà. Ocupó sitio y desplazó el sueño cuyo oleaje me viene importunando con constancia.








Ya no se fabrica, a lo que creo; que ahora Ch. Couttier lo hace llamar Le nouveau Charly, y ha perdido una o dos curvas (si más eficaz, marea menos).

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