miércoles, 10 de febrero de 2016

22 NAVAJAS DE ESPAÑA Y FRANCIA: NAVAJA SOLSONESA DE ANTONIO PEDROSA-COUTEAU JAMBETTE DE SOLSONA


Aquí se presentará la primera por la izquierda, una solsonesa del artesano Antonio Pedrosa, cordobés naturalizado en Cataluña; uno de los dos o tres que mantienen más moribunda que viva, pero viva al fin, la cuchillería catalana de tradición. Bien se ve la diferencia respecto a la de Ripoll, pues más jambette es que la otra; y la hoja es sin recorte o estaje, laureada. Labra Pedrosa varios tipos de navaja tradicional (la tercera es de hoja también de laurel, pero con las cachas alejada de la forma de la solsonesa, con el extremo redorndeado y sin el ángulo que forma la cacha hacia su mitad. 

Parece que la cuchillería de la zona fue rica en tipos, ya habría que ver una panoplia de muestra en la que se ofrecían cortes para el pastor, el labrador, el granjero, el curtidor, el relojero, el carnicero, el guarnicionero, el sanador, el barbero, el majo, el salteador...Para todos los oficios mayores y los no especializados. Rica fuera aquella cuchillería que sacaba de España mucha herramienta incluso a América.

Los modelos con el paso de los tiempos y la pérdida de mano en los oficios, simplificaron su multiplicidad y algunos, los más, se perdieron. Que quedaran los más generales es de suponer: dos, tres...no más. Y aun estos se adelgazaron y perdieron combas y longitudes, se empequeñecieron y se aligeraron. Eran aquellas de pistón o de dos clavos, y no tenían bloqueo, solo virola a veces (quizá haya que suponer esto cuando ya la cuchillería de Solsona, por ejemplo, perdía pujanzas y sus talleres se extinguían).

Pedrosa las remata con bloqueo de palanquilla y ventana (el primero se expandió a principios del XX, y desde entonces quedó como el propio de... Albacete; el segundo perdió uso y solo hoy los muy duchos son capaces de calibrarlos en sus piezas). Sus rivales son las humildes de Pallarés. Es esta una empresa que se supera con modelos, pocos, de más lujo, con seguro; otras con navajas de fricción encabadas en asta y maderas duras. Usa Pallarés cada vez más el acero inoxidable, lo que va en dirección opuesta a lo que su intención indicara.










Fue esta comprada en el Barrio Gótico de Barcelona. Sola una cuchillería de la ciudad las tiene, a lo que creo. En carbono, por supuesto (que otra más grandona y otra menuda en inoxidables se quedaron). No supieron indicar en claro el asta y su animal. La tengo por carnero yo. Es robusta, ajustada, tajadora y bien compuesta (se acepta alguna irregularidad más de la materia que de la mano artesana: uno de los lados del asta es más plano que el contrario, no mucho pero la mano, si lo piensa, es capaz de tal aprecio).







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