domingo, 28 de enero de 2018

4 ESTILETE DE ALBACETE




Otra lo mismo que la otra. Nostalgia en las cachas de un plástico de obrador que parece haber acompañado al acero al carbono en su viaje desde la década de los 60 -sino antes-. Las mitras (aquí virola y rebajo) son de nobilísima alpaca. La palanquilla es menuda y primorosa; el montaje es impecable. Punzón percutido con el lugar de nacimiento. Una pinchaensalada de categoría. Ya no se hacen así, y esta letanía es continua. No se dan baratas, que los gitanos ya saben de historia de nostalgias tanto -sino más- que Bécquer y Machados a la limón. Para muchos representan la cuchillería albaceteña cuando en los talleres aún se oían por doquier, y en cualquier patio había motores. Entonces se cobraba por las docenas, como los buscadores de espárragos trigueros. La mecanización estaba ya asentada y no se daban la escasez  o carestía de materiales. 





jueves, 25 de enero de 2018

17 NAVAJA BOULEDOGUE ISSARD BAKELITA (?)-COUTEAU BOULEDOGUE ISSARD EN MATÉRIEL SYNTHÉTIQUE









Se volverá a las avenidas de París, sus bulevares grises y anchos, pizarrosos. El bouledogue, la navaja, da para el contento de recorrerlos desde lejos, sin estar. Su cacha es generosa, una paleta para el jeu de pomme. Brillos y apariencias, futilidades. Así se llegó al centro de la grandeur. Les invalides, la Madelaine, hasta la place Vendôme. De ahí se salió. La Durée, con tantas latitas de té, de pétalos escarchados, de galletas florales, de macarons. Fauchon, con cerditos aux chocolat. Y se continuó. En esa avenida, de l'Opéra, se ofreció un francés -quizá de origen, o hijo de otro origen ultrapirenaico quizá- atildado a ayudarnos para encontrar Les Petits Champs Élysées. A nuestras espaldas, l'Opéra Garnier. Desde alguna de sus ventanas laterales se adivinó escaparate de Zara. Pero dentro, se vieron pompas y lujos, casi un arca mortuoria de cacique comarcal. Latones, velludos, rebrillos matizados, algo de berbellón, champanes deslucidos, frío marmóreo, ujieres con lutos...y atmósfera saturada de exceso y vanidades.

Con esta navaja bouledogue de la maison Issard, ya digo, una olografía 3D se ve en su aura de objeto lujoso y banal, de una ordinariez exquisita después de tanto tiempo rodando en los catálogos amarillos. Con poco se dirá lo que con tanta perífrasis no se acierta, que esta navaja Issard contiene llave de Lutecia. De la ideal, de la que es perfumada de lilas, la que atesora morados espirituales en las iglesias cuyos fulgores llegan a escaparateríos de ropa fina, de la que vio cruzar a Maigret hacia  el boulevar Richard Lenoir... Es esta la preferida de Hefesto con las dos, Kindal y Courty, tan cerca -muy injusto se ha sido con La Conciergerie, con los puentes y la voluminosa figura de Nuesta Señora de París, con los cerezos tiernos que se recortan en su sillería, con la islita de Saint Louis...-. París está contenida en ella, le couteau Bouledogue.












lunes, 22 de enero de 2018

3 ESTILETE DE ALBACETE








De primor es este, daguilla pinchaúvas. Presentan estos estiletes una hoja de mesas que le dan simetría. Mueren estas en la misma punta y jamás se viera ninguna que tuviese filos. No se podía "romper la corteza" a la hogaza en el coche del tren. La gruesa magra no se tajaba para llevársela a la boca con uno de estos. Podían clavársele banderillas a la engañifa, que nada salvo estocada, se pudiera averiguar. Estoques desafilados y finos. Este lo es mucho. Las mitras son de alpaca, y el material que cubre la delicada empuñadura es sutil pese a su artificio. Este sufre el tiempo a la par que el acero al carbono. Cobra transparencias, gana deslustres, y se afea con los melindres de las polillas.
 Más antiguas son estas hechuras,  a lo que se me antoja, que los primeros. Este García no es corriente. 














jueves, 18 de enero de 2018

16 NAVAJA BOULEDOGUE ISSARD EN ÉBANO-COUTEAU BOULEDOGUE ISSARD EN ÉBÈNE.












COUTEAU BOULEDOGUE ISSARD EN ÉBÈNE


Pero no solo toro. Dogo también. A los aburridos britanos, en aquellos páramos húmedos y contaminados con las miasmas del paludismo, tras extinguir uros, lobos, linces, osos les entretuvo el unir en parejas a sus bestezuelas diformes para buscar utilidades, sino gusto. Esto hicieron con caballos secuestrados de oriente, con el muflón extinguido de Córcega, con los tristes canarios de  la Macaronesia, con los tristísimos cafres de África... y con los perros.

De patas cortas para el tejón, de largas para el lobo de Escocia, de ladrido metálico para la zorra, de carne escurrida para la liebre, y de fauces de gárgola para el toro. Azuzaban a los cánidos de presa en empalizadas contra el bull. Así tomaban gusto, con cervezas calientes y sangre fresca. Los chasquidos mandibulares cruzaron en ecos el Canal de la Mancha, a Normandía y Bretaña. Y de ahí a Thiers. El catálogo de la Manufrance divulgó el modelo partout. La maison Issard tuvo su oportunidad de fabricarlo. Se publicitó en diversas épocas, en realidad durante casi más de dos tercios del XX. Primero fue como navette gigante, óvalo y molusco de incontestable rudeza. Para cazadores se dijo, después para agricultores y ganaderos, para carreteros más tarde y arrieros, terminó siendo para automovilistas, los primero que hubo,  e incluso para electricistas.Única y versátil herramienta definitiva y total, con dos hojas contrapuestas y cachas de hueso. El que fabrica hoy la mencionada casa Issard es más estrecho, menos masivo, con hoja menos ancha, con una cacha como norma (faltando las dos en ciertos modelos, y ninguna en los menos). Hoy se mira con el crédito de lo incotrovertible: tabla de náufrago a la que subir la descontentadiza voluntad, voluble y frágil. Siempre pareció que las navajas Issard costaban menos de lo que valían. Hasta hace no tanto, que ahora se ha voceado la ganga.

Pero habrá que volver a cuando nació el siglo. Si se ha apuntado el origen británico del bouledogue -o al menos del nombre-, habrá también que mirar a donde emigró la cuchillería una vez que se pusieron los pies al otro lado de la mar oceana: Pensylvania. De Sheffield y de Solingen se tomaron los pattern clásicos americanos, y entre ellos el Sunfish y el elephant toenail. Ambos son primos no calcos sino moldes del francés. Ténganse los de la casa Issard como originales, más estos que los cotizadísimos de la Manufrance. En materiales nobles son pantalla táctil y sistema android. Una gran pantalla de cine de verano en el que mirar la historia de la cuchillería francesa y aun centroeuropea y americana; o, si se aplica el oído, asistir a la ópera Garnier. En un óvalo.







martes, 16 de enero de 2018

2 ESTILETES DE ALBACETE



Estos estiletes tienen el nombre muy bien puesto, que no cortan sino pinchan. Enfadaban mucho pues los niños no podían mondar peros, chumbos o la tomatada, salvo higuillos secanizos a los que se pelaba como a San Lorenzo. Este de la casa Gómez, tan reciente desaparecida. De más primor que el otro. No de nacarina pero mejor ajustadas sus cachiplásticas, y su muelle más recto, y sus mitras mejor tajadas (de mayor calidad la fornitura), y de más categoría el punzón. La hojilla lo es al carbono, y el sistema general es la de su tipo: muelle interno y palanquilla. Fue adquisto en la plaza mayor de los Madriles.




sábado, 13 de enero de 2018

15 ISSARD EN HUESO-COUTEAU BOULEDOGUE ISSARD EN OS CERFÉ

BOULEDOGUE ISSARD EN OS













Lo primero de la navaja bouledogue es que en este pecado de hybris, es más toro que can. Tótem en aquellas primeras ciudades del medio oriente entre ríos persas. De su potencia se infirió que había que ponerlo en un pedestal, esculpirlo en frisos y estelas, y hacerle cuentos. Después se domesticó el ser divino para que Ormuz, u otra potencia celeste, tuviera raciones de carne (estas, o los sacerdotes, que se delectaban con las asaduras y los jarretes). 


Más allá acaso, mantenido en jardines y alimentado con las primeras frutas del mango que crio la naturaleza por error, los indoarios, de tanto observar músculos y anatomías, además de probar su asado del que conocían suculencias, lo cargaron con más significaciones: guardia de su territorio, antonomasias de la procreación (los primeros bocetos del pancha tantra y aun del kama sutra lo tuvieron de emocionante modelo). Casi estuvo a pique el cornúpeta de ser tomado como bestia de monta, y así fue entre algunos vedas. 

Los franceses, cómo no, no se fijaron tanto en los diccionarios de mitología antigua y encargaron su estudio a matemáticos y lógicos con chateau y granja. Allí, con colaboración de vaqueros y carniceros, esculpieron vacadas con carne melosa de ternezas indecibles, les charolaises, les limousines, les blondes de Aquitania... Hubo algunas que alimentadas con los pastos más crasos, daban canales con aroma de mantequilla. El toro siempre. De razas montaraces y rústicas aprovecharon incluso las astas para encabar utillerías de relojeros.  En el centro de aquellos macizos centrales, el sagrado bovino de Creta fue aspersor de metaforismos. Así el de la navaja bouledogue. Potente y ancha, de grueso esqueleto, manejable si es sacada del morral, encadenada o sujeta de ronzal con anilla.