viernes, 18 de noviembre de 2016

6 NAVAJAS DE CHARLES COUTTIER-COUTEAUX DE CHARLES COUTTIER


  Exemplum el de Carlos Couttier, de Francia. Compone, al parecer, laguioles y el Thiers de la Confranrie sabiendo que el primero es cuchillo manido y el otro por cuajar en la voluble consideración de los coleccionistas (del turista, mutatis mutandis, se viniera a decir la misma cosa). Tuvo este maitre coutelier que mirarse las manos y rascarse el parietal. De escultura de Rodin pasara a nervioso fabricante de su panoplia.


 Se desperezó y la emprendió con las platinas blocantes que entonces nose prendían en las navajas regionales, que los regionaux fueron siempre de pistón, sin retención fiable de hoja. A dónde -o desde dónde- mirara el cuchillero los modelos no se acierte a decir... a propios vecinos de Thiers,  a los americanos y sus liga poderosa, a los alemanes prácticos que subcontratan en Asia...



Dos veredas tomara Couttier para hoyar tierra incógnita. El tout usage es una extravagancia-cálculo, probable ingenio de un quebecquois en su taiga, su hoja lo es al mode de Loveless casi. El otro brazo se fue por el de la pura invención de  unir un nombre de cuchillo para que este pase a hipónimo: le Saint Michel es el de los arcángeles que vuelan sobre las salicornias.




Todos con marquetería fina, que no carpintería; pero sin pulidos de luthier (como sí alcanza Charmbriard) y una rusticidad en los limazos que dan el lustre del mérito recién alcanzado, como si fuera posible que un aprendiz tocara la aldaba de la maestría con sordina. Los brillos que les faltan a sus navajas han sido apartados por su intención para no encandilar demasiado; se ha pulido la forma (de armónica, de caballito de mar, de báculo obispal, de radio de timón en los bretones...) y esta es conveniente y muelle.
Este es Ch. Couttier, maestro sublimado en la curva y en velar luces.



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