viernes, 31 de octubre de 2014

LA PETITE CLÉ: LAGUIOLE AUBRY RENAUD, BELLE MATIÈRE

NAVAJA LAGUIOLE AUBRY RENAUD
La petite clé ouvre le coeur du mammouth.

Les mantras qu'on a écouté souvent quand l'oreille était trop sensible nous ont fermé  certains chemins. 


Ces fables sont d'ordre moral (l'importance de l'effort et de la sobriété, le mérite inaccessible comme un guide, le doute comme une méthode de connaissance ...). Le problème est que ces plantes peuvent pousser trop et nous cacher la lumière. 



 La puissance de l'accumulation agit comme un médicament qui conduit parfois à la compulsion. Ceux d'entre nous qui ont brûlé toutes les étapes  ont d'autres raisons de continuer.


On doit fermer les tiroirs, mediter (5 secondes, 1 minute...14 heures, 1 mois -selon la capacité de chacun-) et lire Epicure. 


 Peut être quand nous nous rendions compte que la différence entre le tsar de toutes les Russies (pas Putin) et nous est la taille de la poche, nous aurons la légitimité divine de manger une omelette aux oeufs de Fabergé


 L' hoplologie (pardonnez le néologisme -la collection-) comme un nouveau bouddhisme, comme une foi libertaire. Le collecteur ne sera pas un maniaque, il laisse derrière lui la compulsion et il est en train de chercher  l'illumination. 



 Je ne savais pas que sous le pergélisol je trouverais un battement de coeur. Ceci est gelé et je ne sais pas si ce que j'entends est le premier ou le dernier battement.



Pendant que je pense, j'admire l'éclat des cuivres, la couleur changeante, la direction et l'inclination des veines,  et l'impulsion du burin.

sábado, 11 de octubre de 2014

LA NAVAJA DE LOS REPLICANTES/LE COUTEAU DES REPLICANTS (NAVAJA DE AMÓS NÚÑEZ)




-Ce couteau fut donné en dotation quant ils sont partis en Los Ángeles pour ...

-Mais qui est parti? -je questionnai l'homme qui, avec un cigarre à la bouche et le col de la chemise remonté comme Travolta, me souriait.

-Est ce que vous avez lu Les androïdes rêvent-ils de moutons électriques ? Non? Un collectioneur doit être culte, monsieur 
-moi, je seulement gonflai les joues. Puis il ajouta avec une prononciation tendue: Les ré-pli-cants.

-Les replicants...? Ah, oui, je sais. C'est de la science fiction...-Je pus me souvenir avec un gros effort-. Mais, mais comme est ce que vous avez un  couteau si "fantastique" en carbone?

-Oui, l'acier au carbone XC75 s'aiguisait avec un quignon du pain martien. Et pas si fan-tas-ti-que. Ma famille a acheté et vendu à la region des mules, des chevaux et des BMW importés. J'ai mes connaissances...

-Bon, toutefois vous êtes un, un forain -en m'écoutant, il serrait les poings sûr le comptoir en bois.

-Et aussi un fauconneir, un guitariste flamenco, et par moments, fournisseur de matériaux pour la coutellerie "custom", et...

-Matériaux? Êtes vous importateur?, chasseur?, ébèniste?

-Les materiaux, je les trouve. Alors, le couteau?

-Je dois reflechir...- on écoutait les doigts de l'homme,  gros comme des concombres, en tambourinant  -  et j'ai achevé la reflection. J'emporterai le couteau de...

-Roy Batty, le Rédempteur.

Je payai, et sans regarder en arrière je partis. Le forain accompagnai mon départ avec cettes dernières paroles (je cite  par coeur):

«J'ai vu tant de choses que vous humains ne pourriez croire : de grands navires en feu surgissant de l'épaule d'Orion, j'ai vu des rayons fabuleux briller dans l'ombre de la porte de Tannahauser. Tous ces moments se perdront dans l'oubli comme les larmes dans la pluie. Il est temps de mourir.» 



J'ai fait des recherches à la maison:

1) Ce sont les dernières paroles de Roy (Rutger Hauer), le

 « chef » des Réplicants dans Blade Runner .

2) Les côtes du couteau ont été recyclées; j'ai vu ce materiel dans un vieux décodeur de CANAL PLUS...




































Et j'ai une conclusion certaine:
s'il y a encore à la Terre un réplicant, il est un forain...




domingo, 5 de octubre de 2014

NAVAJA A ESTAJE DE DON RAFAEL WÍZNER RUIZ EN ASTA DE PAVÓN REAL 2

Cuando se deslió, deslumbró el asta. "¿Qué? ¿Te gusta?" Allí se me presentaba una navaja que pudiera ser cuadro, abanico, espejo o arma. Con esta, Teseo pudiera mandar hacer del cornúpeta una semejante.





 Hermosa de tamaño, cachicuerna, anchona, electrica y envenenada. Los colores no se pueden decir, que alabastro, azabaches, ámbares, cristal, jades, piritas, helechos fosilizados, carbunclos desliados...todos de rocío mojados se encuentran. 




Allí las aguas del río del olvido  y las del Guadiana glauco se juntan, sin mezclarse por veces y por veces atadas; perrillos de granate ladran en una esquina junto a la virola de plata, y azumbre rezuma el acero entre espasmos fríos y heladas centellas.

Tales melindres se vean y tanta delicadeza que solo un trémulo pavón real y  esforzado pudiera ser la sombra.



Está la navaja dibujada con delicadeza de Japón, y su contorno pudiera ser de este país sutil la silueta. Don Rafael la delimitó con limillas redondas y recio eje le encastó para que pudiera hablar sin doblegarse nunca. La dureza templada de la hoja, su acero, no podrá fácilmente mellar la llave que la aprieta.






NAVAJA A ESTAJE DE DON RAFAEL WÍZNER EN ASTA DE PAVÓN REAL 1






Vínose a orillas de la mar, hasta el Levante, desde las amplitudes ciudadrealeñas. La buena crianza no consintió que cruzara los límites provinciales sin avisar a sus clientes, a los que él nombra como amigos. Y lo son, pues no da sus afilagranadas herramientas de filo a otros. Fue así que se convino en el encuentro.

Mal oraje se trajeron los de La Mancha, y cuando llegó Hefesto y la gentil compaña al hotel playero, había nube. En el patizuelo entre edificios que era la entrada estábase sentadilla toda la excursión venida de Santa Cruz bajo los toldillos de unos parasoles mustios. Esparcidos como se vieron, diríase que acababan de bajarse de un Ferrobús o de de un borreguero de los que ya no pasarán más. Había de todo pelo, y las caras a la sucia luz de la atardecida les agrandaba los rasgos con los sombrajes; pero no tanto que no se adivinaran pobladismos cejones, crespos pelambreríos que exageraban cabezas, pernerío corto, y belfos fuera de horma.  Linaje de la tierra eran , y su casta noble se ha de entrever con detención. Son los mismos que el Sordo  pintó en el alzamiento.

"¡Don Rafael!", y se volvió vivo con jispe joven.  Recortejano, tenía fragua bajo un terrón y allí sacó coraje para criar y dar instrucción a sus satélites. Esto y más nos contó ya puestos a la mesa con los labios en un cafecillo cortado. 

Muy telendo habló allí, junto a la mujer, de la profesión de cuchillero; la que agora solo toma por placer las más de las veces. Tiempo le sobra para enjoyar las navajillas, para grabarlas con precisión de compostura de relojero, para encabarlas con fulgores y amolarlas con la delgadez de rayo solano que penetra en herrado portalón.

"¡Ahí la tiene!", y soltó con suavidad sobre el tablero un paquetejo liado de papel traslúcido, por no decir un caramelo grandón (me la había apalabrado meses hacía pero no se esperaba tan en punto su promesa). 
Mejor era de lo que se mereciera; y se ponderó la obra como se supo, con justicia. Brillaron los ojos de don Rafael, no más de lo que antes lo hicieran pues seguro de su pulso anduchea. Verdean como esteros junto a las encinas de las sembradías y entonan con su apellido teutón. Un alemán de La Mancha que amansa el acero.



Acullá, en los llanos, apenas la tierra se atreve contra el cielo, y los cibantos y motas, y los gajos se rodean lisuras bárbaras. Y los hombres se agrandaban en viña y panes. Pero enantes, que ahora no. "El campo comía mucha navaja". Ya no queda oficio ni aperos ni utillajes. Así pegó la hebra del recuerdo el hombre de los ojos vivos. Trabajó diez años para los Martínez (JJ), y delicioso nos contó la fiesta de bodas del patriarca.
"Dieron chocolate y tortas, bajo la higuera. Es lo que antes se tomaba". "Lo vi mucho no hace y le hablé de aquel día, de la brega que dieron unos diciendo que allí no se comía". 

No es este cuchillero esgarracolchas, y siempre se movió buscando para comer -que creo que no muchos días lo hizo a hinchapellejo-. Para Ismael Laguna montaba navajas con la fornitura que este le proporcionaba, como tantos otros que estuvieran en el arrimolineo de los almacenistas. Penurias de horas sin cuento forzados los obreros y las familias (las mujeres -la suya mismo- mientras echaban manos perforando platinillas,  plásticos, maderas o cabos estaban con el pie moviendo la cesta-cajón-cuna en las que las criaturas se desgañitaban). Fue cuando la despensa era  hojas de tocino y cuerdas de uva del año, alguna orza de chacina en aceite y otra con tomate en sal. No, no les amañanaba en el catre esperando el desayuno de churránganos.

Así que breve y catral refirió sus recuerdos, con memoria fresca y sin ausión, se fue por el palo de la familia. No consintió que sus hijos siguieran atados al banco y les dio estudios, los que pudo, que fueron bien aprovechados. Y aquellos enderezaron muy bien a las hijas-nietas. Está muy orgulloso, que son afanosas en los estudios y en los trajines de la casa, y con honrosas matrículas dicen bien de sus abuelos. 

Se allegaron a la puerta del hotel, junto a nosotros, para despedirnos entre seriedades y chanzas.
Catral se nos antojó don Rafael Wízner Ruiz. Y así nos despedimos de ellos y de la cohorte manchega.